Música

“La música me protege de la realidad y al mismo tiempo me ayuda a digerirla”

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Casi un año después de su publicación, parece evidente que ‘Cheap Chinese guitar’ ha sido todo un punto de inflexión para su carrera. ¿Cómo ha llevado la respuesta entusiasta de crítica y público que ha obtenido con el disco? El aplauso ha sido totalmente unánime y su consideración no deja de crecer a pasos agigantados.  

Hombre, es una gran satisfacción que te entiendan,  te aprecien y tener la sensación de que has conseguido transmitir lo que querías. También hay cierta inquietud por aprovechar el momento y tomar buenas decisiones para que esto crezca, que llegue a más gente y que podamos seguir dando conciertos cada vez mejores. 

¿Uno se toma con mayor distancia estos comentarios externos desde la veteranía o siguen afectando, para bien o para mal, de la misma forma? 

Supongo que la experiencia te ayuda a relativizarlo todo y a que no se te nuble demasiado el juicio. La vida siempre tiene facetas muy duras, que te mantienen los pies en el suelo ante cualquier tentación de dejarte llevar por el ego. Lo bueno es que el relativo éxito del disco me reafirma en mi forma de ver la creación musical, y me da argumentos para hacer las cosas a mi manera siguiendo mi intuición y mi criterio, lo que viene muy bien para alguien inseguro como yo. 

En mi opinión, estamos ante un disco, por encima de todo, acogedor, cálido, transparente, luminoso incluso en su nostalgia. En ese sentido, ¿hasta qué punto funciona para usted la música como un cobijo en el que refugiarse del exterior? 

Absolutamente. No concibo la vida sin música. Me protege de la realidad y al mismo tiempo me ayuda a digerirla y a relacionarme con ella. Siempre voy canturreando alguna canción, aunque sea para mis adentros, escuchando algo o pensando en algún tema que llevo entre manos. Una buena canción en el momento adecuado te puede arreglar el día. 

A lo largo de las muchísimas escuchas que he realizado del disco he ido detectando ecos que van del Dylan de ‘Blood on the tracks’ o ‘Planet Waves’, por poner dos ejemplos ilustres, hasta sonidos puramente Motown, guitarras de espíritu Harrison o crujidos melódicos de la talla Byrds o de los mejores Jayhawks. ¿Cree que la clarividencia de un disco como ‘Cheap Chinese guitar’ permite que el clasicismo se cuele con más facilidad?

Desde luego no hago nada por reprimirlo. Hace ya tiempo que tengo la sensación de que me he liberado de tener que parecer moderno, innovador o virtuoso como intérprete. Quiero hacer música como la que me emociona a mí, y procuro dejarla salir de mi interior de forma natural, con todas las influencias de lo que he escuchado. A veces no hace falta más que una guitarra y tres acordes sencillos. Entre los Byrds y los Jayhawks pasaron un montón de años, pero ahora los dos se pueden considerar clásicos. Creo que los grandes géneros del rock están delimitados desde hace muchos años, pero siempre se pueden hacer buenas canciones nuevas, que es lo importante para mí. Si partes de una canción, con una melodía hermosa, lo que tienes que procurar es no estropearla con arreglos que la encorseten por querer llevártela a un estilo u otro. 

En este sentido, ¿estamos ante un disco contemporáneo con tintes clásicos o un disco clásico con matices contemporáneos? 

Es un disco contemporáneo por definición, se grabó en 2018. Y, como decía antes, por supuesto que tiene tintes clásicos. Una acepción de clásico es “que se tiene por modelo digno de imitación”, así que puede ser cuestión de tiempo que una buena obra llegue a serlo. U2 eran contemporáneos para mí cuando empezaban, también en el sentido de que eran innovadores, y ahora se les considera clásicos. 

¿Qué papel ha jugado la maravillosa Bantastic Fand en la transformación final de estas canciones desde su naturaleza de maqueta hasta su resultado final? 

La Fand ha sido muy importante en el desarrollo y en el espíritu del disco. En ella nos hemos encontrado un grupo de gente que coincidimos en gustos e influencias, con una visión de la música muy parecida. Disfrutamos tocando, versionando a Dylan y a otros, haciendo voces juntos. Hay química entre nosotros y público que lo aprecia. Fijamos pocos arreglos, todo es muy orgánico y las canciones cambian cada noche. Todo eso está en el disco. Las baterías de Paco del Cerro tienen mucho peso en el sonido general de ‘Cheap Chinese guitar’, y los coros que hace con Paloma del Cerro y Nacho Para son una parte esencial.

En lo que respecta a las canciones, hay una que, en mi opinión, tiene algo especial que la destaca sobre el resto: ‘Meteor Showers’, una joya que, además, ha ido sumando adeptos a lo largo de los meses. ¿Cómo nace este tema y qué papel cree que tiene dentro del disco? 

Es de las primeras canciones del disco que terminé. Abrió la puerta para las demás. La melodía  ya tenía algún tiempo, pero tardé en encontrar el ritmo y el arreglo. La letra la escribí a principios de 2016, reponiéndome de una enfermedad y otros contratiempos, y tiene mucho de anhelo por volver a disfrutar de la vida, de recuperar cierta normalidad. Habla del mar, la noche, la luna y las estrellas, cosas que me fascinan, y que entonces todavía estaban lejos para mí. El proceso de grabación la hizo crecer a cada paso: el bajo de Antonio Fidel, el piano de Lucas Albaladejo, los coros bantásticos. Es una canción muy sencilla, pero al mismo tiempo tiene algo profundo, nocturno y lunático, mágico. 

Por otro lado, desde que comenzó la gira de presentación de ‘Cheap Chinese guitar’, hemos tenido la oportunidad de verle en directo en multitud de ocasiones con The Inner Demons, la banda formada por Paco del Cerro, Román García, Joaquín Talismán y Carlos Campoy. Casi nada. ¿De qué manera es el trabajo con ellos? ¿En qué factores hacen especial hincapié a la hora de ir modelando las canciones para su puesta de largo en el escenario?  

Trabajar con estos tipos es una gozada. Son unos músicos tremendos, que entienden muy bien lo que hacemos, pero además son amigos, algunos de muchos años, y melómanos, con los que es muy fácil funcionar. Hay buena disposición y muy buen humor. Además estamos en un momento excitante, porque ya llevamos unos cuantos conciertos y las canciones ya están interiorizadas, por lo que cada vez sonamos más orgánicos. No ensayamos demasiado, todos tenemos poco tiempo, y eso deja un margen de riesgo que mantiene la emoción al tocar. No buscamos tanto la precisión o la contundencia como sentir lo que tocamos cada vez, más allá de la mera repetición. Creo que es lo que más le llega a la gente, ver que los músicos están disfrutando en el escenario. 

Para usted, ¿qué tiene la música de amistad y que tiene de amistad la música?  

En mi caso casi siempre han ido unidas. Muchos de los grupos en los que he estado estaban formados por amigos y también he acabado entablando amistad con otros músicos que he conocido al acompañarles o producirles. La amistad no es imprescindible para tocar con alguien, pero lo hace todo mucho más agradable. Los   que nos dedicamos a la  música, con el enorme esfuerzo que eso conlleva, ya tenemos algo muy fuerte en común. 

-¿De qué forma cree que dialogan estos nuevos temas con los de su anterior y fantástico ‘Tides’ 

Perfectamente. Responden a la misma fórmula, salen del mismo crisol. En directo combinan sin problema. Hemos empezado muy centrados en el nuevo álbum, pero poco a poco iremos incorporando más temas de ‘Tides’

-Regresando de nuevo a aquel brillante trabajo de 2009, ¿hasta qué punto considera que fue necesario ese paso para llegar hasta este ‘Cheap Chine guitar’? 

Fue muy importante. ‘Tides’ fue mi primera obra en solitario, componiendo, cantando, produciendo y grabando en el pequeño estudio que me acababa de hacer. Con ese disco aprendí mucho, lo que me ha servido para producir distintos discos de otros artistas y pera llegar a ‘Cheap Chinese guitar’ con mucha más soltura y seguridad. 

En su caso, ¿de qué manera ha influido el peso del camino y la experiencia a la hora de escribir canciones? 

Creo que me he quitado muchos prejuicios e ideas preconcebidas. El mundillo musical necesita buscar nuevas sensaciones que vender cada temporada y que parezca todo muy nuevo para crear en la gente la necesidad de comprarlo. Pero a mí me siguen fascinando canciones sencillas que oía con 14 años y he olvidado otras muy espectaculares que fueron lo más en momentos posteriores. El tiempo te ayuda a descubrir lo que de verdad valoras, más allá de los dictados de la actualidad.  

¿Hay hábitos a la hora de componer que se mantienen con el paso del tiempo o se trata de un ejercicio en constante movimiento? 

Bueno, hay hábitos que conviene mantener, como apuntar todas las ideas que te vienen, grabarlas con el móvil o de la forma que sea antes de que se pierdan. Para mí también es muy importante manejar canciones nuevas siempre, aprender canciones de otros y tocarlas. Eso te hace asimilar estructuras, formas de concebir melodías y de usar acordes que luego brotan de ti a la hora de componer. Yo no soy especialmente prolífico, y a veces me paso años atascado con una canción hasta que doy con la parte que me falta. Otras veces te viene toda entera en unas horas, eso es como un regalo del cielo, y la puedes tocar en el próximo concierto. Y hay que dar con un equilibrio muy difícil entre dejar que las ideas fluyan con naturalidad y por otro lado ser exigente, no conformarse con lo primero que te sale. 

¿Qué es para usted la madurez artística? 

Es algo cambiante, creo, que nunca se alcanza del todo. Por un lado es conocer de lo que eres capaz y lo que te interesa expresar y lo que no, y haber adquirido los recursos técnicos para poder hacerlo. Saber esto hace las cosas más fáciles, quita inseguridades y ansiedad. Pero si te acomodas demasiado, si cierras la puerta a los cambios y a nuevos retos, puedes empezar a morir como artista, y empezar a copiarte a ti mismo.  

Por último, y en condición de gran admirador, ¿tendremos que esperar mucho para escuchar una continuación de ‘Cheap Chinese guitar’?  

Espero que no. Y ya tengo algunas canciones nuevas. Lo que pasa es que no depende exclusivamente de mí. A ver cómo nos va con ‘Cheap Chinese guitar’ y con la banda, si podemos mantenernos tocando y contamos con medios para poder volver al estudio pronto. 

Imágenes cedidas por el entrevistado.


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Alberto Frutos

Periodista nacido en Cartagena (Murcia). Trabajo como crítico de cine, música y televisión para eCartelera, Onda Regional de Murcia y Todoindie. En estos medios de comunicación me encargo de analizar y comentar los últimos estrenos y los grandes clásicos de la gran y pequeña pantalla. Así mismo, he trabajado en otros medios como Radio Nacional de España, La Opinión de Murcia y Gestiona Radio, ocupándome, además, durante algo más de un año de la sección musical del periódico La Verdad de Murcia, realizando entrevistas a numerosos artistas y elaborando críticas y crónicas de distintos discos y conciertos.

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