Nos ha tocado vivir una época que nos va a obligar a estar en casa muchos días, confinados y agotados. La vida, en un abrir y cerrar de ojos, ha cambiado, y nosotros con ella, de la mano. Ahora, la familia, ese núcleo gravitatorio que gobierna nuestra existencia ha tomado, si cabe, más importancia. Por eso, hoy os traigo una serie que ahonda en las conexiones, a lo largo del tiempo, de los Pearson; de Jack, Becca, Kevin, Kate y Randall. Y de todos los planetas que orbitan alrededor de ellos (Toby, Miguel, Sophia…) y cuya fuerza consigue que sus vidas giren y giren.
La historia comienza con el ABC de las películas románticas: chico conoce a chica, chica conoce a chico; chica y chico se enamoran; chica y chico se casan y tienen trillizos. Espera, esto último no creo que saliese en el cuento. Bueno, Jack y Becca se aman, y eso supera cualquier montaña. Incluso la de perder, recién nacido, a uno de sus trillizos. Pero si algo tienen Jack y Becca, y se demuestra en cada una de las temporadas, es un aura de santidad, un AS en la manga que les otorga suerte. Por eso, cuando uno de sus trillizos fallece, aparece un bebé abandonado en la puerta del hospital. Y ese bebé se convierte en Randall, el personaje que, en su adolescencia, sabe que ser parte del Big Three (como llaman a los tres hijos) hay que merecérselo, siempre no hayas estado en la barriga de tu madre durante 9 meses. Sin embargo, la vida nos prepara pruebas. Y los Pearson tienen que sufrir la pérdida de Jack, el padre y esposo 10. A partir de ahí, cada uno de los protagonistas de esta historia inicia un camino en el que intentan no resbalar.
Seguir explicando el hilo argumental sería una tontería, y me llevaría más de 100 párrafos. This is us es lo que has vivido tú en todos los años que llevas en el mundo, es la manera en la que afrontas el día a día. Y quizás eso es lo más difícil de asimilar de la serie. No esperes unos giros de guion que hagan que saltes de la silla; no esperes que uno de los protagonistas se convierta en malo, o que el malo se haga bueno. Lo que tienes que esperar es ver el genoma de la gente normal, las entrañas de lo cotidiano y la manera en la que los personajes toman buenas y malas decisiones, como cualquier hijo de vecino.
En sus cuatro temporadas hemos tenido tiempo para reír y llorar (son muchas las lágrimas -tristes y felices- que nos regala este show). Y también hemos podido ver cómo los Pearson se baten en duelo acerca de conceptos como la obesidad, el matrimonio, la muerte, la ansiedad, la depresión… Cada una de las piedras que existen en los renglones torcidísimos de Dios tienen cabida en This is us. Y lo hacen sin avergonzarse ni un segundo de mostrar a sus personajes como son, con sus historias bonitas, con su fe en el amor y con sus exageraciones. Estoy cansado de esas series que se apoyan en vericuetos inalcanzables. Esta series eres tú llorando porque una ex te ha jodido la vida. Eres tú llorando porque no sabes si tu matrimonio se está rompiendo definitivamente. Eres tú ante las toneladas de peso que tiene la realidad.
Quizás, si la manera de contar la historia no hubiese sido a través del tiempo, con esos flashbacks que ahogan, no hubiera tenido tanto éxito. Dan Fogelman, creador de la serie, supo como colocarlos dentro de cada capítulo para que tuvieran una carga emocional importante (la palabra que mejor define a esta serie es “emocional”). Pasando de una década a otra, conocemos el comienzo del amor de Jack y Becca, la primera gota de la ansiedad crónica de Randall, la necesidad de ser querido de Kevin o la desconfianza para con el mundo de Kate. Los flashbacks van hilando la historia, la van dotando de contenido. Del mismo modo que Fogelman lo usó en su primer largometraje, Life itself, aunque no terminó de cuajar, los saltos en el tiempo potenciaron un guion que hacía aguas. Hemos llegado a ver en un capítulo tres líneas temporales, y lo sorprendente es que en ningún momento te encuentras desubicado. Es para aplaudir.
Y por último, el amor, que todo lo puede, que todo lo cura. This is us es una historia de amor, claro, pero no es una pastelada (hasta yo tenía miedo de que fuera así en los primeros capítulos). Es un drama, porque la vida, de la de verdad, tiene buena parte de drama. No intenta mentir, ni mostrarnos a súper humanos haciendo cosas que no creeríamos. Nos muestra las cicatrices, y cómo sanan; nos explican que la vida puede ser muy jodida, pero que hay mecanismos para pasarla con la frente bien alta. Cada vez que termino un capítulo tengo el corazón en un puño, sí, pero también me siento feliz. Para sentir miedo ya tenemos los Informativos a las 14:00 y a las 15:00. Para disfrutar, emocionarnos y aprender de la emoción tenemos esta serie, que junto a su BSO nos empuja a ser empáticos.
This is us es sanadora, y triunfa porque el amor también lo hace, a pesar de las adversidades.
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