“Hay que ir hacia adelante, porque si no, te aburres,y pensamos que también se aburre el público”

Hemos escuchado algunas canciones del nuevo disco durante el concierto. ¿Cómo ha sido la experiencia de grabar en Estados Unidos?

Raúl Frutos: Ha sido lo que nos esperábamos, algo alucinante. Sobre todo, por la forma de trabajar de Marco Buccelli, el productor, y por la gente que le rodeaba. Y el entorno, porque estás trabajando en Brooklyn, en Green Point, y ha sido una locura y un sueño cumplido.

Inma Gómez: Trabajar con Marco ha sido apasionante. Nosotros siempre grabábamos en casa, y ha sido la primera vez que hemos vivido la experiencia de que alguien desde fuera vea cómo encauzar nuestras canciones. Y eso que nos cuesta bastante ceder.

Porque los dos anteriores discos han sido grabados en vuestra casa. ¿Ha sido difícil salir de ese entorno cómodo hacia un sitio desconocido?

RF: No, porque, curiosamente, Marco tiene una mente musical muy parecida a la nuestra. Él es batería de free jazz, anda en la música experimental. Se mueve en muchos terrenos, y ha sido muy fácil trabajar con él. Por eso, desde España hicimos el contacto en una gira, con una banda en la que toca, con Xenia Rubinos, y nos dimos cuenta de que era un productor con el que nos encantaría trabajar, porque tiene una mente muy abierta y nada prejuiciosa. Y es, ante todo, un melómano, y entre melómanos nos entendemos.

Antes lo he hablado con Inma. Es la tercera vez que os veo en directo, y lo chulo es que cada concierto que veo es una experiencia diferente. Nunca veo lo mismo, cambia mucho el setlist. Cuando hacéis un disco, ¿pensáis en hacer que cada concierto sea una vivencia diferente para el que os ve?

RF: Es eso exactamente. No solo por pensar en la recepción del público, sino por nosotros mismos.

IG: Es que nosotros nos aburrimos si estamos tocando siempre lo mismo. Los grupos que siempre tocan lo mismo, concierto tras concierto, con el mismo set list configurado… No podemos entenderlo.

RF: Entendemos que el arte y la música tiene que ser más dinámicos, tiene que evolucionar siempre. Es el concepto del avant garde, hay que ir siempre para adelante y no quedarte en las rentas de lo que te ha funcionado, porque si no, te aburres tú, y pensamos que también aburrimos al público. Como artistas nos gusta también ver cómo otros evolucionan y te sorprenden. Ese es el camino que tenemos.

Hay una cosa que me interesa mucho en Crudo Pimento, y es que en vuestros temas encontramos un crisol de músicas del mundo. A la hora de componer, ¿cómo ordenáis todo lo que está en vuestra cabeza? ¿U os dejáis a la improvisación?

IG: Todo es muy improvisado. Depende de las influencias que tengamos en ese momento, de lo que estemos escuchando.

RF: No nos paramos a pensar, no hay nada preconcebido, sale solo. En casa escuchamos, constantemente, todo tipo de música. A la hora de ponernos a tocar, partiendo de la improvisación, quizás lo que hemos escuchado hace una semana, o un día atrás, sale solo. No es premeditado. Esta noche (Nota del redactor: durante el concierto de El Arte Se Toca de Murcia Inspira) hemos hecho música puertorriqueña antigua, primitiva, y eso salió gracias a haber escuchado ciertas grabaciones de campo, de una señora que se llamaba Henrietta Yurchenco, que grabó en Puerto Rico hace 50 años. Sale todo de ahí, es inmediato. Es importante que sea lo que salga en ese momento.

Utilizamos un proceso en escritura que es el del cadáver exquisito, que consiste en escribir un papel, doblarlo de manera que el siguiente participante sólo vea el final del mismo, para continuarlo sin saber lo que hay antes. Y más o menos trabajamos así, pero tanto componiendo, como en los ensayos o en los conciertos. De repente, un tema muta en otra cosa, se convierte en una rave, y se queda ahí.

Me asombra mucho la faceta de Luthier. A la hora de crear vuestros propios instrumentos, ¿lo hacéis pensando en las canciones que ya tenéis compuestas y vais a grabar, u os movéis más por el tipo de sonido que os gusta y queréis conseguir?

RF: Es ensayo-error. Construimos instrumentos y si sale algo que tiene un timbre característico, a lo mejor te inspira para hacer un tipo de canción, pero tampoco es premeditado. Todo, prácticamente, es a posteriori. Lo de los instrumentos también tiene que ver con lo del cadáver exquisito: se hace, y a ver qué conseguimos.

IG: Incluso en los ensayos previos a la actuación de hoy hemos ido cambiándolo todo, de un ensayo a otro. Lo nuestro es evolucionar continuamente, somos así.

RF: Los propios temas que hemos probado, que son adelantos del nuevo disco, han evolucionado a cómo los habíamos grabado en Nueva York. Suenan de otra forma, tienen otros arreglos y cuentan con otra estructura. Jugamos con ella, porque las canciones y los instrumentos son un pequeño puzzle de piezas que están claras, pero que luego combinamos al gusto.

¿Qué nos vamos a encontrar en Pantame, vuestro nuevo disco?

IG: Punk, Dub…

RG: Este disco se ha ido a algo más visceral, más punk, más hacia Jamaica. También hay algo muy importante, y es que tanto en la forma de cantar como en la forma de expresar con la voz, nos hemos acercado al flamenco. En mi familia tenemos mucha tradición flamenca, y ha estado cantando hoy con nosotros mi hermano, Paco de la Clara, que canta como un ángel. Esa tradición flamenca está dentro del disco. En inspiración, hay picas de música jamaicana psicodélica, y sobre todo punk mezclado con música electrónica analógica. No podemos definirlo.

Me gustan mucho las portadas, y que siempre confiéis en Cascales. ¿Por qué él?

RF: Ante todo, es colega. Pero creemos que es el mayor genio artístico que ha dado la Región de Murcia desde hace muchos lustros. Es como nuestro hermano y le admiramos profundamente desde el día en que lo conocimos. Nos alucina lo que hace, y cada vez que nos prepara una portada es una sorpresa, porque tiene un método curioso: prepara la portada sin que nosotros le digamos si queremos una cosa u otra. Él llega a nuestra casa, a punto de cumplirse el deadline, y lleva una carpetita de la que empieza a sacar dibujos. Es como un juego.

Raúl, he leído que tu padre es trovero. ¿Cómo ha influido ese folklore murciano en tu música?

RF: Imagino que habrá influido por la parte de la improvisación, y en ciertas cuestiones culturales muy claras y arraigadas, por la parte de estar más en contacto con la tierra.

En una entrevista dijisteis que dentro de un tiempo habrá un repunte de músicos inmigrantes de segunda generación, que han nacido aquí pero cuyos padres son de otros países. ¿Ya estás viendo algo de eso?

IG: siempre vemos, por ejemplo, en el Barrio del Carmen, a gente que está en sus casas haciendo una música muy diferente, y siempre hemos querido acercarnos a ellos.

RF: Tiene que salir. En Murcia hay un problema, y es que las subvenciones no van a parar donde deberían ir a parar. Por ejemplo, dando licencias para poder vivir la música en directo. Y después, cuando haya un tejido, se podría trabajar en eso, porque hay inmigrantes que están haciendo una música potente, interesante y que está por descubrir. Pero claro, no tiene acceso a poder promocionarla. Si a nosotros ya nos cuesta trabajo acceder a este circuito, los otros ni lo huelen. Confío en que tengamos que esperar a la cuarta o quinta generación, a ser una ciudad más cosmopolita, o más abierta, para que eso se pueda ver.

De vez en cuando pasamos por el Barrio y hay ciertos locales, o una cochera, donde tienen montada una misa y lo que escuchas es alucinante. A esa gente, le das un espacio, y lo parten. Pero de momento no van a tener ese acceso, y deseamos que institucionalmente se replanteen las cosas y faciliten la música en directo.

Existe una burbuja de festivales, ves los carteles y el 90% de los grupos son los mismos en todos los line up. ¿Creéis que explotará? ¿Tiene futuro? No sé si la gente se va a cansar de ver siempre a los mismos grupos…

RF: El negocio es muy inteligente, y ellos redireccionan la bala. No creo que vaya a quebrar, porque ellos son más rápidos y saben lo que hacer buscando nuevos targets para que eso no pase. Hay cosas muy interesantes en Murcia además del “talento emergente”. Debería haber otro apartado, que no sea solo música, sino también cultura, que se hace en otros lados, y que podría hacerse aquí, con músicas que vulgarmente se denominan como “étnicas”.

Sois muy amantes de la gastronomía. Decidme el mejor sitio en el que habéis tocado, no porque haya sido el mejor bolo, sino porque es donde mejor habéis comido.

IG: Nos encanta ir a Galicia y al País Vasco para poder ir a comer.

RF: Uno de nuestros predilectos es la calle Cuchillería en Vitoria. Hemos estado temporadas viviendo allí, y algunas veces nos hemos alojados en esa calle, y era un locura. Empezamos por la punta, por la mañana, comiendo pinchos de tortilla y gildas y seguíamos la ruta. Esa es una, y otra es en Nueva York, en la Casa de Galicia de Queens. Llevábamos una semana comiendo americanamente y, de repente, descubrimos que en nuestro barrio estaba ese sitio, que es un club privado, donde los precios son igual que en España; y ahí he comido el mejor pulpo de mi vida.

IG: Se nos saltaban las lágrimas. ¡Qué pena daríamos y lo mal que estaríamos comiendo! (risas). Nos dijeron que había que ser socios. Les miramos con una carica… y nos dejaron entrar.

Siempre que os escucho, me dan ganas de veros en un concierto vuestro en la huerta. ¿Por qué?

RF: Tendrá una explicación casi telúrica. Hostias, porque somos de la huerta. Yo soy de la carretera de Patiño, e Inma es de Vistalegre. Es curioso, porque eso lo hemos hablado hace poco. Como tocar en Murcia cada vez es más complicado por las ordenanzas de ruido, y en Cartagena lo han jodido por completo, lo de la huerta nos mola. Montar una rave en medio de la huerta y montar la escena de otra forma. Una rave huertana.

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