El artista Nicolás de Maya (Cehegín, 1968) es difícil de clasificar. Ecléctico, religioso, profundo y un gran creador, basa las premisas de su creación en lo leído y lo vivido. Tras una afianzada trayectoria profesional a sus espaldas, tiene muy claro lo que quiere en su hacer artístico y cómo lo quiere. Para él, el arte es jugar con las emociones y los sentimientos humanos. Es tocar el alma de las personas para construir cosas mejores. No es un trabajo de competir, sino de compartir.
¿Qué te impulsa a dedicarte a la práctica artística?
Desde niño siempre me sentí atraído por el mundo de la creación, el color y los modos de comunicar y representar o entender mi imaginario creativo. En casa vieron que tenía habilidad para dibujar, aunque desde siempre he trabajado mucho. No todo es el talento, pues sin disciplina no se llega a nada, por mucho talento que uno tenga. Es como la potencia sin control, no sirve de nada. De qué te sirve el talento si no tienes control sobre tu propia disciplina artística.
¿Cómo te defines como artista?
Inquieto y prácticamente por naturaleza creativo y pensador. Hacedor por naturaleza, muy activo y enérgico.
En tus últimas exposiciones, trabajas mucho con el cuerpo como objeto de representación, y el conocimiento como forma de forjar nuestra identidad y darnos libertad. ¿Son estas dos ideas tus principales fuentes de inspiración?
Sí, en las últimas exposiciones realizadas podemos decir que el ser humano y el conocimiento están en el centro de mi búsqueda plástica.
¿Cuáles son los temas de representación presentes en tu obra?
A lo largo de mi trabajo, he pasado por varias etapas de representación del ámbito del ser humano desde lo privado, el hábitat, etc., pero la constante ha sido siempre el tiempo, el paso del tiempo como parte del ser y de la vida. Actualmente en mi obra las partes del cuerpo del hombre y de la mujer simbolizan la representación del conocimiento adquirido por todo lo que somos y hemos construido como seres humanos.
En tus años de formación estudiaste forja artística y diseño industrial, además de ser un estupendo dibujante como mostraste desde bien pequeño, y un magnífico pintor. Pero también tienes piezas instalativas y no tienes problema en bucear entre las distintas disciplinas artísticas, ¿dónde te sientes más cómodo?
Mis inicios están ligados al dibujo y a la pintura, pero por mi formación de diseñador industrial suelo utilizar cualquier soporte o formato para desarrollar el concepto que deseo comunicar. En cualquier disciplina artística me siento muy cómodo, pero normalmente acudo a la pintura, el plano bidimensional y la escultura tridimensional.
Háblanos de tu trayectoria profesional.
Cuando era un niño, desde que tengo uso de razón, siempre me recuerdo entre lápices y pinturas. Estudié Artes y Oficios con la especialidad de forja artística. Mientras tanto, me presenté a concursos consiguiendo premios y reconocimientos como el Murciajoven desde los 11 años. A los cinco años, recién acabado el ciclo de forja artística, decido marchar a Madrid para ampliar mi aprendizaje y allí estudiar Diseño Industrial. Mi promoción fue la primera de diseñadores industriales, un modelo piloto entonces que se ha implantado hasta la actualidad. Durante todo este tiempo, no dejo de pintar y de presentarme a concursos, y en ese impar de finalizar mis estudios en Madrid, decido hacer mi primera exposición en Murcia, siendo ésta la primera de un éxito continuado de exposiciones por diferentes lugares de la península y ciudades europeas. Ya con 30 años, después de una trayectoria convulsa y una equilibrada carrera profesional, habiendo estado representado por grandes galerías nacionales como la desaparecida Heller, compartiendo exposiciones con los pintores Antonio López y José Manuel Ballester, entre otros, decido, por azar de la vida, marchar a México.
Este ha sido un país de acogida que me dio alas para sacar la parte mas creativa de mí hasta la actualidad. Gracias a ello, sigo creando, pudiendo ser artífice y productor de todas mis obras, y pudiendo mostrar mis creaciones en diferentes ciudades y países.
¿Dónde podemos ver tu obra actualmente?
En la Región de Murcia se pudo ver hasta hace muy poco mi ultima exposición “Eden” en el Centro de Arte Palacio Almudí, que fue ampliada hasta 6 meses de duración. En la actualidad, en la galería de arte La Aurora se puede encontrar gran parte de mis obras. Además, ahora también puede verse en el mítico restaurante Rincón de Pepe una pequeña muestra del proyecto titulado Rincón del Arte, promovido por el restaurante, que consistirá en distintos ciclos que tienen como tema de representación la gastronomía.
¿Cuáles son tus influencias artísticas?
Mis influencias son todas las manifestaciones plásticas existentes y tomo como referentes desde los grandes genios de la historia del arte, hasta los emergentes mas conceptuales. Me fascina el mundo de la creación y la creatividad, y todo suma.
¿Qué te aporta Murcia como artista?
Murcia me aporta el sosiego y la tranquilidad para sentirme en calma y cómodo para crear. Pero, además de lo que me aportó años atrás, hay que proyectarse al exterior para crecer dentro de los grandes circuitos artísticos, no quedarse en la periferia.
Qué crees que se puede mejorar del sistema del arte.
Muchísimo, siempre se puede mejorar y hay muchas carencias desde los sistemas de apoyo a esa palabra “Cultura” que todos manejan al azar como letras de oro. Hay que sentar unas bases sólidas en el terreno de las artes plásticas de igual modo que se sentaron, en no hace muchos años, en torno al deporte; si ahora somos un referente mundial en el terreno deportivo, es inconcebible un municipio sin instalaciones deportivas. Ojalá sucediera esa empatía necesaria por la palabra cultura y en apoyo a las bases de la creación, seriamos un referente mundial, y se pueden poner ejemplos en la mesa con ciudades en España como Málaga, una apuesta única junto con Bilbao, que han cambiado su estructura y se han posicionado en el terreno internacional, tanto turístico, como cultural.
Ahora, todos los artistas que llegan son de México. Podríamos aprender mucho de los mexicanos. Por ejemplo, en Guadalajara, una ciudad con 8 millones de habitantes y mucho dinero. Actualmente, hay sectores emergentes muy fuertes y nuevos modelos de negocio que deberíamos exportar. Tienen muchas inquietudes artísticas y se venden muy bien.
La situación más difícil por la que has tenido que pasar como artista.
El hecho de ser artista es vivir siempre caminando en una eterna cuerda como funambulista, en equilibrio constante y de riesgo sin ayuda de nadie, solo escuchando voces de aliento y alguna vez que otra unos aplausos. Pero hay que tener firmeza y seguir creyendo en uno como desde niño, y compartir, no competir con nadie, solo sacar de sí lo mejor para los demás.
Háblanos de tus últimos pasos profesionales.
Estoy inmerso en la inauguración de mi próxima exposición en la EMA-Agencia Europea del Medicamento-, que se realizará dentro de su sede y se enmarca dentro de un proyecto filantrópico que se llama Club Art, EMA. Gracias a ello, inauguraré la nueva sede de Ámsterdam, que será una gran oportunidad para visibilizar de nuevo mis obras en la ciudad de los tulipanes. Después de ello, me trasladaré a Los Ángeles para preparar otro gran proyecto para una fundación en la citada ciudad.
Fotos: Pepe Hache
Texto: Miriam Huéscar