El arte es el arma más poderosa para expresar los sentimientos de una persona. La música, la literatura o la arquitectura nos ayudan de manera exponencial a mostrar un reflejo de lo que somos. No podíamos, en esta ocasión, olvidarnos de la pintura. A través de ella, muchos privilegiados muestran el reflejo de lo que son en sus obras. Así, Olga González Garre, en su estudio, Olga Garre, es una de aquellas privilegiadas que lo consiguen día a día.
¿Cómo te definirías a nivel profesional?
Me definiría, en general, como una persona creativa. Los que somos creativos nos gusta hacer un poco de todo. Quizás donde mejor me mueva es en el mundo de la pintura, pero también me encanta la fotografía, la decoración, el diseño… Ahora mismo estoy centrada en el tema del lettering, por ejemplo.
De hecho yo te sigo mucho por redes sociales y cada vez más veo diferentes talleres con niños, con adultos… ¿Cuál es la razón de estos talleres? Imagino que será el acercar la pintura a diferentes perfiles.
En realidad, en los talleres hago cosas que a mí me gustaría hacer o que yo he estado haciendo. A través de los talleres, encuentro una forma de compartirlas. Así que en vez de ponerme yo sola, llamo a las niñas y vienen a hacerlas conmigo. Pero son todo cosas que a mí me gustarían hacer.
De esos talleres, ¿qué sacarías tú? ¿Qué te llevas de ellos? ¿Qué impresiones? Y, sobre todo, ¿qué sensaciones?
Tú que eres profesora, ¿qué te voy a contar? Son niñas que tienen entre siete y diez años. El otro día, haciendo un cuadro de Frida Khalo, una niña al terminar me dijo: “es el cuadro más bonito que he hecho en mi vida”, y me quedé emocionada. Otra niña, nada más terminar el primer taller, me dijo que la apuntara al siguiente. Es sumamente enriquecedor para mí.
Entonces, Olga, leterring, pintura… ¿Es afición o vocación? ¿Cómo lo definirías?
Pues yo creo que es vocación, porque me recuerdo pintando desde siempre.
Recuerdo que la primera vez que nos vimos lo hablamos. ¿Tus estudios…?
Sí, yo soy periodista. Quise estudiar Bellas Artes pero en mi casa no lo veían adecuado. Hice dos años de la “apasionante” carrera de Derecho y terminé haciendo Periodismo. Toda mi vida profesional me he dedicado a ello. He trabajado como jefa de prensa en un Ayuntamiento, como asesora en la Comunidad Autónoma, pero nunca he dejado de pintar. Así que hace como unos quince años empecé a hacer exposiciones y bueno, cuando vi que además de mis amigos y gente cercana, me compraba gente que no me conocía, dije: “¡Anda! Pues a lo mejor sí que merece la pena seguir”. El salto definitivo a dedicarme solo a esto lo di hace unos meses.
Hace nada que abriste El estudio. ¿Cuándo fue?
Hace unos meses que estoy instalada aquí, en el Barrio Universitario de Cartagena
¿Conoce la gente tu estudio?
(Nota de la redactora: entre sorna y decepción) Pues todavía no, pero lo importante es que mi trabajo sí lo conocen.
¿Quizás por la ciudad que es? ¿Por la ubicación del estudio?
No lo sé, pero de momento necesito organizarme un poco porque son muchas los frentes abiertos. Lo mismo estoy haciendo una rotulación en un bar de Murcia, que estoy haciendo un mural en otro sitio, que estoy haciendo los talleres o que estoy pensando: “¡ah!, pues voy a hacer una experiencia en AirB&B para que conozcan el estudio de un pintor y puedan llevarse su obra de arte… Son tantas las ideas a las que hay que dar forma que no hay tiempo para pensar en el estudio. Y sí, estaría bien que viniesen más personas, pero para eso hago la jornada de puertas abiertas, por ejemplo.
El sábado 1 de junio hubo una, imagino que harás en un futuro otras. Por otro lado, cuando abriste el estudio, ¿tuviste alguna anécdota que te marcase?
Tengo una genial. Aquí, en el barrio, no hay nada. Ni tiendas, ni nada. Yo sacaba letreros a la puerta, colgaba cuadros fuera… entonces un día de esos una señora mayor entró y me dijo: “ ¡Ay, qué mono esto! ¿Aquí qué hacen?” Yo le contesté que pintaba y que hacía talleres para niños pequeños. A lo que ella me respondió, señalando un cuadro mío: “Qué ideal, ¿y esto lo han hecho los críos, no?” (risas) No pude llevarle la contraria y ella se fue tan contenta.
¿En qué te inspiraste o qué ideas tenías a la hora de montar el estudio
Vi una gran cantidad de sitios y ninguno me gustaba. Todos los bajos que veía eran antiguos, eran oscuros, viejos. Este me gustaba porque el techo era muy alto y en mi cabeza es como un poco ibicenco. Tengo la vela del barco, maderas… Yo quería que fuera un espacio muy blanco y amplio. Aún así lo tengo todo lleno de cuadros hasta arriba. Lo lleno en nada.
¿Los talleres los haces aquí?
Sí, y también lo que quiero es que el espacio puedan utilizarlo otras personas. Por ejemplo, otros artistas que quieran hacer un showroom un fin de semana.
Comentabas también, que colaboras con restaurantes en su decoración con lettering. ¿Cómo surgió este idea?
A mí el lettering siempre me ha gustado y siempre me ha llamado mucho la atención el tema. He hecho mucha decoración en ese sentido en restaurantes. Me lo piden. Imagino que las redes sociales han ayudado en eso. Me ven, siguen mi trabajo, les gusta lo que hago y me llaman. Llegamos a un acuerdo y trabajamos juntos. Les doy ideas, decoramos el lugar y se dejan asesorar. Ahora, por ejemplo, en este último trabajo, hemos colocado una pared con fotos que resumieran la historia del local. Sobre un fondo azul oscuro hemos ido poniendo unas fotos muy especiales y se han hecho montajes muy bonitos. Luego, también, he ido escribiendo debajo. Todo lo que se vea hecho a mano, revaloriza el trabajo. Marca la diferencia, es como más especial.
¿Qué tendrían entonces los diseños o trabajos de Olga Garre que los hace diferentes?
Para bien o para mal, lo que yo hago, se nota que es mío. Yo siempre digo que mis cuadros dan alegría. Antes ponía en mi web: “Pinta y da alegría”. En definitiva, la idea de que cuando llegues a casa y veas mi cuadro con los colores o las citas, que des color a tu mente y te produzca una sensación al verlo.
¿Qué es lo que más sueles usar en tus cuadros?
Pues sobre todo uso acrílico, colores súper vivos y a veces utilizo una técnica mixta. Por ejemplo, utilizo la técnica del collage. Sobre un lienzo todo pintado con los dedos, lo utilizo de fondo y sobre esto están posicionados cuadros que he roto y en los que he vuelto a crear algo. Me gusta la idea de romper para hacerlo de nuevo, volver a crear.
¿Cuál es el cuadro al que le tienes mayor aprecio?
Ese cuadro no está en el estudio, está en casa de mi madre. Lo pinté hace unos quince años y en él escribí una cita de una canción que en aquella época escuchaba mucho y decía: “no tengo a dónde ir, así que iré a algún lugar”.
Esto es algo que también caracteriza a tus cuadros, las letras y trocitos de canciones, ¿me equivoco?
Así es, en ocasiones utilizo letras de canciones para crear mis diseños.
¿Cómo podemos conseguir tus diseños?
Yo me muevo bastante por Redes Sociales. En Instagram, @olgagarre, suelen contactarme por mensaje directo. Muchas personas me encargan cuadros personalizados y yo los diseño muy gustosamente.
Por último, ¿cómo te ves de aquí a un par de años?
-Pues me veo feliz. Y pintando, seguro. Ya no sé decirte más. No sé decirte dónde estaré pues me gusta mucho cambiar. Pero seguro que feliz y pintando.
Fotos: Fran Bécares.