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Verbo, un nombre dinámico para hablar de algo tan aparentemente estático como la arquitectura. ¿Hemos cambiado la forma de percibir la arquitectura o han cambiado los arquitectos en su manera de interpretarla?

Dictinio de Castillo-Elejabeytia: Creo que lo que ha cambiado es el contexto. Ahora mismo nos encontramos en uno de escasez, en el que la creatividad se dispara, la gente joven va buscando alternativas y eso también está influyendo en que la gente esté viendo otras maneras de hacer las cosas. Creo que hay un poco de todo. Tiene mucho que ver con el contexto en el que estamos. Nos ha tocado empezar a ejercer la profesión en un contexto de crisis total y eso tiene consecuencias.

Carlos Pérez: Al final se trata de una recirculación de todo lo que se ha ido desarrollando hace bastante tiempo y que está volviendo. Se está hablando de lo mismo pero de una manera más reflexiva y adaptada al concepto que decía Dictinio. Tienes un contexto diferente, surgen nuevas ideas, nuevas necesidades desde la sociedad, surgen nuevos grupos sociales y, a partir de ahí, hay que adaptar todo lo que se va desarrollando. A nivel creativo y a nivel arquitectónico, así como en todas las demás disciplinas artísticas.

D: Ahora mismo el abanico visual que tiene cualquier persona sólo con entrar en Pinterest hace que el cliente o el ciudadano tenga muchísima más información visual de la que ha tenido nunca. Si haces una intervención como Murcia Río y la gente espera algo potente, nada de poner cuatro árboles y un suelo de adoquín. Existe una cultura visual diferente desde el acceso a internet. Como todo, tiene su parte positiva y negativa.

C: En la actualidad obtienes una gran cantidad de imágenes a golpe de click, en Instagram, Pinterest… las imágenes sugeridas.. hacen que nos encontremos con algo positivo y negativo. Pinterest está creando una sociedad relacionada con el diseño pero una arquitectura muy inmediata, parece que las referencias entre los mismos profesionales son similares ya que es Pinterest quien te muestra el mundo a través de sus capturas como él quiere que lo veas.

Quizá este hecho esté dejando a la arquitectura en un plano muy superficial, hace que no profundicemos tanto.

D: Muchas veces nos encontramos respuestas que no sabes qué condiciones de partida han tenido.

Arrancáis en plena crisis, dentro de ese pequeño gran invernadero de empresas culturales en el Pabellón 2 del Cuartel de Artillería de Murcia. ¿Cómo ha cambiado esa zona en los últimos seis años?

C: Esperemos a la reapertura de los pabellones. El concepto que allí se desarrollaba fue muy positivo. Las condiciones eran las que eran pero, aún así, salía gente con ganas de desarrollar ideas..

D: Había un desequilibrio muy fuerte entre las ganas que tenían esos colectivos y las pocas ganas que tenían otros de ponerlo en valor. Ahora estamos en un punto en el que parece que sí hay un equilibrio de ganas, de fuerza y sobre todo económico para que ese espacio sea un espacio en el que se pueda estar. Nosotros trabajábamos con la ventana rota, sin seguridad, sin una taquilla. En unas condiciones en las que, como he dicho, podían las ganas de la gente que estaba dentro a las ganas reales de que eso pudiera hervir.

C: Lo interesante es que ahora se ha llegado al punto de que se está apostando. Era impensable que en 2019 tuviéramos los pabellones con este nivel de adecuación y esta calidad arquitectónica que presentan. Lo poco que hemos podido ver nos parece muy positivo. Podrían haberse realizado mil intervenciones diferentes pero la que se ha llevado a cabo va en muy buena linea.

¿Pensáis que podrá recuperar esa energía?

D: No tengo ni idea.

C: Depende de la gestión.

D: Si no hay un modelo de gestión no hay horizonte.

Después os mudáis a una planta baja, a Verónicas 10, donde añadís al uso convencional del estudio, una galería de arte dando cabida a creadoras y creadores de la ilustración, la fotografía o las artes plásticas.

C: Antes hubo un paso previo. Estuvimos en un patio de manzana, un pequeño espacio donde buscábamos empezar a generar un proyecto empresarial como es Verbo Estudio. Esa idea de sala de exposiciones nos llamaba mucho la atención. Contábamos con referencias de varias ciudades y países extranjeros, yo vengo de vivir en Valencia, , Nantes… y Dictinio pasó por Coruña, Madrid o Alemania, de ahí fuimos recogiendo ideas que nos parecían atractivas de asimilar. Teníamos una necesidad de salir, de que nos viesen. De encontrar un espacio en planta baja y nos fuimos a una calle única, con mucho encanto en la ciudad de Murcia. Una calle donde conviven la Sala Verónicas, el Mercado… un compendio de ambiente arquitectónico y urbano diferente donde poder dar visibilidad a artistas de toda índole.

D: Verbo se reconoce por las intervenciones en espacio público y por realizar una actividad en contacto permanente con la ciudad. Es nuestra parte más reconocible y nuestro espacio tenía que hablar de lo que estaba pasando dentro: trabajo cercano con la ciudad, a la sociedad, más participativo y en contacto con otras disciplinas ya que hacemos un trabajo creativo y ese trabajo creativo se puede nutrir de la fotografía, del diseño gráfico, de la pintura. De un mar de cosas que se mezclan.

C: Era un punto de encuentro donde se generaban muchas conversaciones y diálogos off the record que para nosotros eran muy importantes. De ahí han surgido nuevos proyectos.

D: Y también tiene que ver con la primera pregunta que realizabas, es una manera de situarse distinta, en contacto con la gente. Se tenía en la cabeza que un estudio de arquitectura era una cosa hermética y, de repente, bajarlo a la calle ofrece una cercanía.

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Ahora os habéis mudado a la antigua Calle Correos y creo que Murcia ha perdido algo de magia sin vosotros a pie de calle, sin esos saraos que se montaban a pie de calle.

D: Teníamos una persona que nos vendía ropa todos los días (risas).

C: Yo le decía que no quería comprar más, pero Dictinio no sabía decirle que no. (risas). En serio, creo que se trata de una evolución, hemos estado en Verónicas unos tres años. Queremos centrar todos nuestros esfuerzos en la arquitectura y en los procesos urbanos, nuestro desarrollo dentro de ese bajo no nos permitía centrarnos al cien por cien en esa parte. La gestión de eventos culturales es otro trabajo totalmente diferente a la arquitectura. Tú lo sabes bien, Ramón. Teníamos dos trabajos: gestores culturales y arquitectos relacionados con la ciudad, con la participación y desarrollando proyectos urbanos que requerían de mucha atención. Llegó el momento que dijimos: o una cosa, o la otra. Es como de pequeño cuando practicas  varios deportes y decides centrarte en uno porque te sientes más cómodo en él. Por suerte, ha llegado Murcia Inspira para suplir el tema de los saraos.

D: En la calle Correos estamos bien. Somos un estudio muy artesano. Somos los que somos y van entrando proyectos que requieren una dedicación más fuerte.

¿Hasta qué punto, estudios como Basurama, León XI, PKMN o El fabricante de Espheras han influido en vuestra decisión de ser un estudio de arquitectura participativa y no meramente constructiva?

D: De los que has dicho, cuando empezamos, sólo conocía a PKM y Basurama.

C: Es una manera de pensar. Durante nuestra formación todos estos estudios empezaron a surgir.

D: En La Escuela de Coruña poco hablaban de ellos. (risas)

C: Valencia contaba con mucho movimiento, pero era una de las ramas que a la gente menos interesaba, fue muy inspirador la aparición de compañeros como CREARQCIÓ, Carpe Vía y muchos otros, o incluso, en mi caso, el colectivo MEZCLA que generamos amigos de la escuela de Valencia como respuesta a un inconformista proyecto final de carrera. La escuela, en general, no estaba con la cabeza puesta en esto. Es una manera de pensar, si quieres cambiar la ciudad o la manera en que te mueves, la dirección es ésta. No puedes acometerlo desde un estudio de arquitectura convencional en el que estás haciendo reformas, edificios o viviendas unifamiliares. Ahí cambias microclimas, ambientes o formas de vivir. Nosotros intentamos concebir la ciudad de una manera un poco más amplia. También de reivindicar aspectos que pensamos que no se estaban llevando a cabo correctamente. Esa es otra de nuestras líneas de trabajo.

D: No fue coger un modelo y decir: este modelo lo exportamos, sino que simplemente es una manera de trabajar.

El primer proyecto con el que se empieza a hablar de Verbo es “Carmen, ¿tienes sal?” premiado con una mención de honor en los premios de arquitectura. Un auténtico éxito en un momento duro para la ciudadanía, la arquitectura y para el Barrio del Carmen. ¿Qué supuso para vosotros?

C: Supuso comenzar a trabajar juntos. Dictinio estaba en el Cuartel de Artillería con una residencia cultural con José Amador realizando unas cartografías del Barrio del Carmen a nivel de espacio público, de edificios vacíos, vegetación con el programa SIG. Yo terminé la carrera en 2014, vine a Murcia buscando oportunidades y me encontré con Dictinio en el Cuartel trabajando en esa temática. Tenía en mente esa línea, le pasé mi PFC porque me lo pidió, a modo de entrevista de trabajo (risas). Realizamos el mural de la UPCT y, a partir de ahí, nos dimos cuenta que trabajábamos muy bien juntos y aparecieron las figuras de Marga y Emilio que son los principales protagonistas de “Carmen, ¿tienes sal?” porque era su PFC. Formamos ese equipo de cuatro personas que intentó sacar a la luz información sobre cómo se encontraba el barrio en ese momento haciendo hincapié en mostrar la evolución del Barrio de los últimos cuarenta años a la actualidad. Porque ha sido muy potente y han intervenido numerosos agentes multiculturales. Un barrio donde convive gente mayor “de toda la vida” con gente que venía con otras ideas, jóvenes, la gente del Cuartel… Se hizo una exposición de todo estas situaciones que se daban en el Barrio haciendo algo novedoso como fue abrir un solar totalmente obsoleto, sucio. “Carmen, ¿tienes sal?” fue un germen para nosotros del que empezaron a surgir brotes. Por supuesto a coste cero. Un reto a nivel personal hecho por amor a la ciudad de Murcia y al Barrio del Carmen.

De “Carmen, ¿tienes sal?” surgen participaciones en nuevos congresos y eventos y festivales como El Casc de Villena, donde la arquitectura social se ha transformado y ya no sólo es la construcción de vivienda pública sino aquella que está del lado de la gente.

C: Era una época en la que nosotros proponíamos intervenciones a realizar en esos festivales y siempre tuvieron muy buena acogida. Gracias a esto nos dedicábamos a realizar proyectos para proponer a diferentes semanas culturales y festivales como Sevilla, Valencia (ETSAtopía) dos años seguidos.. y conocimos compañeros con los que hemos tenido muy buena amistad y nos han abierto el camino a varios trabajos colaborativos.

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ADN Santa Eulalia, ADN El Carmen, ADN la Paz, os encontráis entre los equipos de coordinación con el Ayuntamiento para trabajar junto a los vecinos en rehabilitar los espacios más necesitados por la ciudadanía.

D: Profesionalmente está siendo nuestra experiencia más grande hasta la fecha. A nivel de intervención en la ciudad. Luego, con todos estos procesos que tienen que ver con lo social no puedes olvidar que eres arquitecto. Vas a diseñar, vas a construir y es un ejercicio creativo, técnico, y exige rigor en las respuestas. Tienes que argumentar las respuestas y poder justificarlas, dar la cara. En ADN nos pasa una cosa que no nos había pasado hasta la fecha y es tener presupuesto para intervenir. Y responsabilidades más grandes. Es la primera vez que nos enfrentamos a algo que no va a ser efímero, a algo que va a tener un impacto. Además, trabajar con la administración, estamos aprendiendo qué significa trabajar con la administración, con una administración que, por defecto, no está acostumbrada a trabajar entre departamentos. ADN está intentado poner esto sobre la mesa y articular servicios para intervenir de una manera más rica y controlada. Es como en la escuela cuando el departamento de construcción no se habla con el de estructuras ni con el de proyectos y te toca hacer tres trabajos similares para las tres asignaturas cuando es absurdo. Eso nos ha llevado a experiencias como dirigir una obra como el Huerto de Santa Eulalia en la que te coordinas con Parques y Jardines, Vía Pública,, empresas privadas, oficios del Ayuntamiento… A nivel profesional nos ha llevado a enfrentarnos a una cosa muy bonita, que habla de los procesos con los que se trabaja una ciudad que no son los de un privado, que están mucho más controlados. Ha sido una gozada. Con lo bueno y con lo malo porque al ser público, lo bueno es muy bueno y lo malo es muy malo. Siempre hay que jugar con eso.

C: Ha sido un aprendizaje a nivel global. De conectar la administración, con un grupo asesor externo, con la sociedad. Un triángulo que nunca se había conectado en la ciudad de Murcia. Como comienzo, ha sido muy positivo y por lo menos hay una intención por parte de la administración de encontrar otro tipo de desarrollos urbanos, de otro tipo de pensamiento, reflexión, acoger los proyectos por otro cauce.

D: A nivel personal, si estás dando la cara, la estás dando para lo bueno y para lo malo. Si te cruzas con un vecino que piensa que has hecho algo mal, tienes que dar la cara y eso te hace crecer profesionalmente porque algunos días aceptarás mejor esa crítica y otros peor. El cliente, en este caso, es un barrio y tienes que asumirlo.

Tengo unos sentimientos encontrados con la participación ciudadana, por un lado en el centro se realiza la remodelación de Alfonso X sin contar con nadie y en los barrios obreros de la ciudad se busca constantemente la participación. ¿Puede ser la participación ciudadana un arma política de doble filo?

C: La participación ciudadana es muy positiva siempre que se desarrolle desde un ámbito profesional. No caer en preguntar por preguntar. Si se quieren realizar procesos de consulta para realizar proyectos tiene que ser de manera profesional, realizando estudios previos para que esa participación ciudadana sirva de verdad y podamos extraer conceptos que puedan apoyar el desarrollo de los técnicos. La participación no lo tiene que decir todo, los técnicos también tienen que ser capaces de encauzar las propuestas que se han realizado siempre que sean posibles y no disparatadas. Luego está la parte técnica que habla de presupuestos, viabilidad y lo más importante, tener la capacidad de comunicar eso a los ciudadanos. Participación profesional, con un filtro que comunique de manera eficiente a los ciudadanos. Si se lleva de esa manera es muy positiva. Nosotros mismos tenemos esos sentimientos encontrados con la participación.

D: Pienso que hay espacios y situaciones en los que intervenir que precisan de una intervención técnica, muy rigurosa, eficiente y que la haga un profesional que no tiene por qué preguntar a nadie. En ciertos momentos no hace falta preguntar a nadie. Estoy de acuerdo contigo en que a veces, la participación ciudadana se emplea, primero con desconocimiento de qué pasa en un sitio y dos, en un contexto complicado. Ahora mismo, para entrar a trabajar a Barriomar, como mínimo, lo único que puedes hacer es entrar a trabajar con un poco de educación y preguntar ¿qué cosas os preocupan? y cuando nos las digan, vamos a jerarquizarlas, ver qué presupuesto tenemos y vamos a contar con un equipo profesional. Hay que entrar a los sitios preguntando porque sabes que la gente puede estar muy descontenta. ¿Cómo vas a entrar si no? La participación sirve para reconciliarse y decir, vamos a sentarnos a comentar qué os pasa en lugar de decir: “¡Os vamos a hacer un parque para chuparse los dedos! Porque se te van a echar encima. Te van a decir ¿A qué vienes ahora? ¿A darnos lecciones? La participación es educación

Sí, estoy de acuerdo, pero parece que en los barrios ricos no se hace participación. La participación parece que sólo la utilizan para los barrios pobres. ¿Por qué no hemos hecho Alfonso X entre todos los vecinos y nos están preguntando todo el rato por El Carmen o La Fama?

D: A mí me llama la atención que en Alfonso X no hubiera un render. Que no haya participación, te diría que hasta lo puedo entender, ¿pero que no haya ni un render? A mí lo que me choca es que la gente se encuentra Alfonso X ya hecho, sinceramente.

C: Sí que hubo un periodo de exposición pública, alegaciones desarrollado por la oficina técnica del Ayuntamiento.

D: Pero no sabíamos cómo iba a ser cuando se levantaran las vallas de obra. Es el paseo más importante de la ciudad. Eso es un poco chocante. Y más cuando ves cómo funcionan en otras ciudades de Europa, en Suiza, a los ciudadanos se les da un render.

Yo pienso que sí hubiera hecho falta un proceso participativo. Un profesor me dijo: “las clases altas también tienen sus necesidades” y no entiendo por qué a ellos no se les puede preguntar qué necesitan. Tanto Alfonso X, como Avda. Libertad, son calles estratégicas y mediáticas.

D: Sí, y suma también que el Colegio de Arquitectos no cuente esos proyectos. Murcia Río, por ejemplo, ¿cuándo ha contado Murcia Río el COAMU?

C: Nuestras conversaciones en el estudio van muchas veces en torno a esto. Nos gustaría que el Colegio de Arquitectos fuera un centro de reflexión, de compartir ideas en torno a proyectos emblemáticos. Cada vez que se generara un proyecto de este tipo, nos encantaría que hubiera un debate abierto donde los arquitectos jóvenes podamos tener voz.

D: El día de mañana puede pasar una cosa. Dices: Jornada de Puertas Abiertas para explicar Alfonso X y te llegue la cola al Hotel Victoria. A lo mejor eso es lo que tiene que pasar. La gente a lo mejor puede no querer papeleras carísimas, a lo mejor sí, no lo sé.

C: Sí, todo esto lo decimos siempre desde una línea constructiva.

D: Eso lo tenían que haber hecho, por ejemplo, en la Plaza de la Universidad.

Para mi, uno de los mayores fracasos urbanos de esta ciudad.

D: Ahí sí echo de menos la participación (risas). Es una plaza que no le gusta a nadie. Un proyecto que tenía que haber parado la ciudadanía.

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Cómo es posible que diseñéis un jardín vertical, interactivo y participativo para La Plaza de Europa en Murcia, se retire a los pocos días y en Octubre aún mantengamos ese “Murcia En Primavera”

C: No sé cómo explicarlo. Si es gestión o dejadez. Como no controlo esos procesos… no lo sé. Nuestra intervención, desde el principio, tenía un carácter efímero. Sirvió para generar muchas de las cosas que están pasando en la Plaza de Europa.

D: Es bastante llamativo.

C: Cuando nosotros concebimos el Jardín Vertical quisimos dar un toque de atención. Quisimos preguntarnos qué estaba pasando en esa plaza tan céntrica, que tiene tanto espacio, que no tiene sombra, ni juegos infantiles, ni vegetación… Que tiene las terrazas desordenadas…

D: Alguna razón tiene que tener que esté ahí.

C: Esa plaza se tiene que pensar de nuevo. Tiene una gran problemática.

D: Mi pregunta es, ¿hasta qué punto tienen sentido intervenciones que duran lo que dura una foto?

C: Nosotros cuando realizamos nuestra propuesta teníamos dos premisas, que fuese barata y por otra parte efímera, generar un nuevo espacio urbano que se pueda aplicar posteriormente en la ciudad. No queríamos hacer una escultura. Siempre pensando en que tuviera una aplicación posterior. Conseguimos reordenar la plaza, debajo de las pérgolas es donde ahora están todas las terrazas y ha aparecido un juego infantil al fondo. Tenemos el hándicap de que debajo hay un parking y un forjado que no sabemos cuánto puede soportar donde integrar vegetación.

D: Sobreexplotar el recurso de hacer cosas para la foto que cuestan mucho dinero me preocupa. Hay que buscar un equilibrio. No abusar de intervenciones de dudosa durabilidad. Como pasa con el ADN, el ADN como concepto es muy bueno, pero tienes que pensar antes de intervenir: a lo mejor no se puede hacer con treinta mil euros. A lo mejor con treinta mil euros sólo puedes hacer dos cosas en lugar de setenta y cinco.

C: Habría que encontrar un equilibrio.

D: Para encontrar el equilibrio habría que contratar muy buenos técnicos, sacar muy buenos concursos y tener a gente muy potente con unos presupuestos y unos honorarios justos.

Yo me pregunto a diario por qué no hay más concursos en Murcia. Han habido dos mediáticos, el de la Cárcel Vieja y el de San Esteban, pero no hay para rehabilitar pequeñas plazas o espacios en los que podríamos reflexionar entre todos los arquitectos.

D: Eso es un problemón, en una ciudad potente como Murcia.

C: Querer tenerlo todo para ya es un problema. Para generar concursos tiene que haber una planificación de raíz, los concursos al final duran tres o cuatro años…

D: Me gustaría preguntarle a gente que ha venido de fuera qué les ha parecido trabajar aquí. Como le pasó a Baldeweg, que acabó los Molinos del Río y dijo: No vuelvo a Murcia, en una entrevista. O a Moneo.

C: Creo que es un tema de debate muy interesante.

D: Es fundamental que los políticos tuvieran asesores profesionales de garantía. Que tuvieran a su lado grandes arquitectos que durante cuatro años le asesoraran sobre urbanismo, edificios públicos… Que tengan ejemplos claros y puedan conocer qué valen las cosas y el esfuerzo.

Pocas iniciativas más bonitas en la ciudad que “Pase sin llamar”, en la que colaboráis junto a un colectivo más amplio para dar visibilidad a los mejores edificios de la arquitectura murciana.

C: Junto con María, Estefanía, José Carlos y Encarna, miembros del colectivo, queríamos mostrar la arquitectura de una manera menos técnica, que la gente de a pie tuviera una jornada festiva durante doce, quince horas donde pudieran entrar a edificios desconocidos como el Colegio de Arquitectos, al Ayuntamiento, al Teatro Romea sin funciones. Poner en valor edificios como los Molinos del Río o la Fundación Parque Científico explicados desde otro punto de vista, Pusimos hincapié en los edificios más mediáticos y a la vez mostrar una arquitectura más desconocida. Realizar una función más pedagógica acercándonos a la gente. Gracias a voluntarios que realizan las visitas guiadas y vienen de profesiones muy diferentes. Somos un colectivo multidisciplinar formado por tres arquitectos, una diseñadora de interiores, dos periodistas… La idea era salir del mundo hermético de la arquitectura para hacerla más permeable. En esa línea estamos trabajando para el próximo.

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Urban SkatePark de Mula, un diseño participativo junto a los colectivos de skaters de la ciudad, un equipamiento social y deportivo magnífico para poner en valor un deporte que siempre ha estado “perseguido” de las plazas públicas. Recuerdo que en mi época de skaters nos mandaban al skatepark que no eran más que un par de rampas y tubos. ¿Qué tal ha sido la experiencia?

C: Hemos diseñado su casa.

D: Son uno de los colectivos más estrictos con los que puedes trabajar (risas). En la parte de diseño y en la parte técnica. Lo tienen todo. Es como hacerle el chalet a la Preysler. Son tan rigurosos que hasta te critican el encuentro de un rodapié. Son así, y chapeau. Con una rampa de medio metro más no se patina, con un encuentro de esta u otra manera tampoco. Son así. Y es genial.

En Mula hemos intentado  con estas premisas hacer arquitectura, hacer paisajismo, coger esos recursos con presupuesto mínimo y hacerlo funcional para que sea patinable. Hemos estado muy atentos a los detalles, contando con la colaboración de Sergi Arenas, patinador y skater profesional. Ha venido a Murcia varias veces. El aspecto técnico y funcional estaba cubierto y teníamos el reto de hacer algo que plásticamente tuviera algo que contar. Desde la pista, los bancos… Hechos, como siempre, con palicos y cañicas.

C: Ahora lo ves siempre lleno, desde la inauguración, parece que no se puede patinar de la gente que hay.

D: Nos están dando una respuesta muy positiva. Fue una obra a la que le pusimos muchísimo cariño y estuvimos al pie del cañón desde el minuto uno. El de Castillo-Elejabeytia tiene una cosa muy positiva. Nos dijo: confío en vosotros.

C: Están contratando gente especialista en cada uno de los campos. Se intentan nutrir expertos de cada una de las disciplinas.

¿El Metropolitano puede ser la primera gran obra de Verbo Estudio? A través de internet he podido ver un video magnífico.

C: Sería muy gratificante acometerlo pero es una remota y difícil posibilidad por la escala que ofrece el proyecto. A través de Chencho Mateos, el presidente de la Asociación de Vecinos de Joven Futura llegamos a un proceso muy interesante Él es un activista de Joven Futura tremendo. Consigue infinidad de oportunidades para Joven Futura fruto de estar detrás de la administración Llevaba varios años intentando conseguir fondos para realizar un proceso de consulta con el objetivo de hacer una reflexión sobre cómo podría ser el parque. Consiguió los fondos y desde la Asociación nos contrataron para ese proceso de reflexión. Se llevaron a cabo talleres, consultas… con gran éxito de participación y funcionamiento. Nosotros conformamos y entregamos un documento final que Chencho se ha encargado de hacer llegar a la administración y a los diferentes partidos políticos para que sean conocedores de su existencia. Por nuestra parte, generamos un diseño organizativo,  sin propuesta, en base a un criterio técnico y a lo recogido a través de las numerosas vías de participación.

D: El video de internet es peligroso. Es un video que aparece a dos semanas de las elecciones.

C: Nos encantaría participar en cualquiera de sus próximas fases ya que le tenemos un cariño especial a esa zona.

Después de varios premios, como arquitectos y como empresarios, no sé si Dictinio esperaba ser nombrado Vecino del Año.

D: (risas) ahora me paran por la calle y tengo que llevar un boli para firmar autógrafos. No sé cuándo se acaba porque no recuerdo bien cuándo me lo dieron. ¿Eso es vitalicio?. Tres meses antes, salió en el periódico y un amigo me mandó un recorte de La Verdad al móvil. Ahora en serio, José Luis Marcos es el presidente de la Asociación de Vecinos de Murcia y a nosotros nos conoció en las jornadas vecinales de 2016 y nos tiene mucho cariño.

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Fotos: Fran Bécares.


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