En tiempos en los que cuesta diferenciar las aceras del desierto, en los que la lluvia quema con especial intensidad y en los que se pueden observar pequeños destellos de realidad de verbo pasado en las esquinas oscuras de callejones sin salida, un universo propio es lo más parecido a una explosión de oxígeno. Y eso es precisamente lo que han conseguido Increíbles Ful a lo largo de su trayectoria, construir un paisaje de laberintos sonoros y estribillos resplandecientes capaz de transformar el caos en claridad. Desde su primer trabajo, Endolinfa, hasta su última entrega en formato EP, el notable Miss Cosmos, pasando por su obra cumbre hasta la fecha, Pez Araña, la banda murciana ha ido siempre de cara, reforzando la importancia de sus referentes, subrayando el abrigo de psicodelia que calienta los huesos de sus melodías y manteniendo un rumbo fijo y una personalidad que nunca han mirado al otro lado cuando se trataba de recorrer mapas repletos de curvas inesperadas. Una demostración de resistencia que se ha visto engrandecida por el valor de unos temas que funcionan a la perfección como escondite, refugio y habitación con vistas al mar, sirviendo como ejemplo perfecto algunas incorporaciones recientes a su catálogo de la talla de El oso está dormido, El día que vuelvas o Catástrofe valiente. A la espera de descubrir lo que nos ofrecerán en su próximo disco, el cual está llamado a confirmar muy pronto el espléndido estado de forma de Increíbles Ful, charlamos con uno de sus principales líderes, Rafa Bernal.
Miss Cosmos apareció a comienzos de un año que se ha revelado como algo muy similar a una pesadilla. ¿De qué forma os ha afectado, tanto a nivel profesional como personal, estos meses tan complicados?
Estábamos en plena gira de presentación después de pasar por el Lemon Pop, BigUP! Live: MUSIK Live y la Sala Costello en Madrid cuando se nos vino todo esto encima. Tuvimos que cancelar los conciertos de Alicante en la Sala Confetti y Sevilla en el RenoFest. No hubo más remedio que aceptar la situación y adaptarnos como todo el mundo a esta historia tan rara que hemos vivido.
A la hora de ubicarlo dentro de vuestra trayectoria, ¿Miss Cosmos se podría considerar más un epílogo de Pez Araña, un prólogo de lo que está por venir o una isla independiente?
Un prólogo de lo que está por venir, sin lugar a dudas. Después de Pez Araña, el grupo entró en un proceso de transformación, tanto en los integrantes de la banda como en el sonido de las canciones. En ese sentido, la producción de Jesús Cobarro ha tenido mucho que ver.
¿Hasta qué punto podemos considerar este EP un espejo en el que se reflejan las distintas vertientes e influencias musicales que se engloban dentro de la banda?
Por supuesto que en cualquiera de nuestros trabajos se encuentran reflejadas nuestras influencias, desde las que marcaron nuestra adolescencia hasta grupos y artistas actuales que nos gustan mucho, pero es algo innato. No componemos pensando en que se parezca a esto o a aquello, las canciones salen y una vez estructuradas quizá si buscamos alguna referencia en cuanto a que sonido queremos transmitir.
¿De qué forma os han marcado vuestros dos trabajos anteriores, Endolinfa y el estupendo Pez Araña, a la hora de enfrentaros a esta nueva etapa de vuestra carrera?
Endolinfa fue frescura, inseguridad, ilusión y novedad, además de tener la oportunidad de entrar en un estudio, algo que fue como cumplir un sueño. Pez Araña fue un trabajo más meditado, intentando aprender de los errores de la inexperiencia. Lo nuevo que está por llegar es dar un pasito más en la búsqueda constante de emocionar de alguna forma a quien nos escuche.
La teoría dice que el tercer disco es el de la consolidación, un punto especialmente clave en la carrera de toda banda. ¿Trabajasteis en Miss Cosmos con esa idea en mente?
Después de Pez Araña, debido a los cambios en la formación del grupo y sobre todo por la llegada de César San Nicolás, surgieron 4 canciones y nos entraron unas ganas locas de grabarlas, así que lo hicimos. Sin expectativas y sin buscar otra cosa que no fuera disfrutar con el proceso.
Tanto la canción que da inicio al EP (El día que vuelvas) como la que lo concluye (Catástrofe valiente) coinciden en una estructura basada en un in crescendo que convierte la calma en auténtica furia sonora. ¿La búsqueda de ese aumento de intensidad progresiva ha sido otro de los motores fundamentales a la hora de construir estos temas?
La verdad es que sí, El día que vuelvas empieza desde la calma, desde el todo va bien, hasta que todo se desmorona y la intensidad de la música intenta trasmitir el dolor. Al contrario, Catástrofe valiente empieza desde la desidia y el desánimo hasta que se acepta una situación y se ven las cosas de otra forma, un punto en el que la fuerza progresiva busca transmitir la vida con esperanza.
El equilibrio entre el esqueleto melódico de las canciones y el armazón sonoro que las rodea me parece una de las señas de identidad más clara de Increíbles Ful. ¿Cómo planteáis esta balanza dentro de vuestra música?
Me encanta como lo describes. Es cierto que nos gusta jugar con ese contraste de belleza en las melodías y cierta suciedad sonora, llegar a un punto en el que incluso podamos crear algo de sugestión con nuestras canciones.
Más allá de las bandas contemporáneas que pueden ejercer de influencia directa en vuestro sonido, creo que Miss Cosmos tiene una esencia especialmente clásica. En ese sentido, la figura de Brian Wilson y sus Beach Boys me ha parecido que está muy presente, especialmente en el tratamiento de los juegos vocales dentro de canciones como la gran El oso está dormido. ¿Lo percibís de la misma forma?
Nos alegra enormemente que hayas percibido esta influencia. Sinceramente no pensamos en su música durante la composición y después producción de El oso está dormido, pero siempre nos han maravillado las armonías vocales de los Beach Boys, especialmente en Pet Sounds, uno de los discos de nuestras vidas. Es un álbum que cada poco tiempo nos apetece volver a escuchar.
Conceptos como el de los reencuentros, las despedidas, los cambios, las dudas que genera el marcharse de un lugar o la inseguridad ante el regreso están presentes en todas y cada una de las canciones de Miss Cosmos. ¿Son temas que os interesan especialmente a la hora de construir vuestro discurso artístico?
Nos gusta inspirarnos en historias que han sucedido o suceden a nuestro alrededor y nos emocionan. Pero también en otras ocasiones la lectura de un libro o de una simple noticia en un periódico puede dar pie a una historia donde la realidad y la ficción se entrecruzan. Creemos que sí, que están presentes todos estos temas en nuestras canciones porque nos han marcado a lo largo de la vida y las relaciones entre las personas siguen siendo nuestra principal fuente de inspiración.
Estamos ante un conjunto de canciones que requieren una escucha atenta para captar todos y cada uno de sus detalles. Sin embargo, el hábito del público ha variado en los últimos tiempos y se mueve mucho más desde las prisas y el caos. ¿Crees que estamos todavía a tiempo de recuperar esa forma tranquila, pausada y concentrada de disfrutar de los discos?
Esa es nuestra intención porque pertenecemos a esa minoría que aún disfrutamos de la música de esa forma. Disfrutamos comprándonos el vinilo o el cd de los grupos que nos gustan y le dedicamos tiempo a la escucha como si fuera el mayor placer del universo. Nosotros no lo entendemos de otra forma y, pese a las costumbres de las nuevas generaciones, mantendremos y defenderemos nuestro hábito como un tesoro.
El EP cuenta con una destaca presencia de Marina Gómez, de los maravillosos Klaus & Kinski, especialmente en lo que respecta a unos coros fantásticos que engrandecen cada tema en el que aparecen. ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿Qué papel queríais que jugara en Miss Cosmos?
Para nosotros ha sido un lujo contar con Marina. Klaus & Kinski ha sido uno de nuestros grupos fetiche y su voz nos parece sencillamente mágica. Jesús Cobarro es amigo de Marina y cuando nos dijo que había pensado en ella para los coros de Cristales rotos y El oso está dormido nos pareció una idea increíble. Ella pone voz a la Miss Cosmos que está en las 4 canciones del EP y que vive la vida a tope, que quiere romper con el pasado y que quiere que estemos ahí pese a todo.
Otras de las figuras esenciales dentro del proyecto ha sido Jesús Cobarro, cuyo nombre ha estado apareciendo a lo largo de la charla en numerosas ocasiones, quien ha ejercido de productor y ha terminado formando parte del grupo. Sin lugar a dudas, todo un impacto dentro de Increíbles Ful, ¿no?
Un impacto súbito, fortuito y ahora mismo imprescindible dentro de la propia estructura productiva de la banda. En honor a la verdad, fue Jesús, cuando se enteró que estábamos preparando unas cuantas canciones de un EP, el que nos manifestó su intención de producirlo. Fue algo fantástico, porque nosotros a Jesús lo conocíamos y siempre hemos admirado todo lo que hace con Noise Box, una de nuestras bandas favoritas. Desde ese momento, produjo el disco, actuamos juntos en el WARM UP 2019 y, a partir de ahí, Jesús se unió como miembro de pleno derecho a Increíbles Ful. Y ahí estamos, disfrutando de este maridaje creativo que seguro nos llevará a dar forma a nuevos e inminentes proyectos.
¿Qué es lo más importante que aporta Jesús Cobarro al grupo? ¿Cuál es ese factor diferenciador con la etapa anterior de la banda?
Jesús es un músico de la cabeza a los pies que tiene un talento innato para visualizar un tema mucho antes de ser arreglado. Conceptualmente entiende perfectamente lo que la banda quiere hacer y tiene una destreza incontestable a la hora de encontrar el arreglo, el efecto o la producción adecuada, además de su inconmensurable talla humana. Es tan buen tío que siempre es un plus disfrutar de su amistad y camaradería. Jesús nos enriquece mucho a todos los que formamos Increíbles Ful.
En esta misma línea, el grupo ha sumado a Chals Marín a la batería y a Peps González en los teclados. ¿Cómo han afectado estos cambios en la banda?
Chals y Peps son dos grandes músicos, contrastados en diferentes bandas de renombre a nivel nacional. Si a eso le sumamos lo buenas personas que son ambos y que desde el principio les han emocionado las canciones del grupo, da como resultado una energía bestial que se traslada al directo y a las nuevas composiciones. No sabemos lo que el futuro nos podrá deparar con ellos, ya que son jóvenes y tienen ganas de comerse el mundo, pero lo que tenemos claro es que hemos sumado a dos amigos para siempre.
Todo apunta claramente a una nueva etapa para Increíble Ful. ¿De qué forma afrontáis estos giros en el camino? ¿La novedad os produce más vértigo o excitación?
Nos produce una gran excitación porque no podemos vivir la música de otra forma. Al mismo tiempo, nos sentimos muy tranquilos porque por fin tenemos la sensación de que no tenemos que demostrar nada. Somos los primeros fans de nuestra música, nos mueve la pasión y el amor que le tenemos. Queremos seguir en esto porque disfrutamos muchísimo de todo el proceso, de la composición, la grabación, el lanzamiento, etc.
Estáis trabajando actualmente en la puesta a punto de un nuevo disco, ¿en qué momento del proceso os encontráis?
Ahora mismo estamos terminando de maquetar las nuevas canciones y ultimando los arreglos de cada una de ellas. Nos encontramos en esa parte del proceso mágica para nosotros donde las ideas se convierten en estructuras y las estructuras se transforman en historias. Sin duda es la parte que más nos gusta. Esperamos de aquí a final de año poder tener terminado el nuevo disco.
¿Ha afectado de alguna manera especial el parón de estos meses a la hora de plantear este próximo trabajo?
Más que afectarnos, nos ha beneficiado. Siempre pensamos antes en las oportunidades que en los contratiempos, por propio convencimiento positivo. En este caso, este parón nos ha servido para tener tiempo suficiente de terminar de componer el nuevo disco, recapitular las ideas que teníamos y darle forma a los temas que formarán parte del proyecto. En nuestro caso, ha sido una época de reflexión creativa y nos ha servido para poder replantearnos el lugar al que queremos ir en esta nueva etapa de la banda.
¿Qué nos puedes anticipar de las canciones que están al llegar?
Podemos decir que será un disco de 10 canciones con un giro hacia el pop más melódico y donde los textos van a adquirir mucho más protagonismo. Al final nos han salido un conjunto de historias cotidianas sobre lo que hemos vivido durante el último año que no tienen nada que ver entre ellas pero que, al mismo tiempo, están totalmente interrelacionadas. No sé si me explico (risas).
Por último, y volviendo al punto de partida, ¿cuál ha sido el mayor aprendizaje que habéis sacado como banda en este año tan convulso?
Que cuando las cosas pasan siempre hay un camino de luz por donde tirar y que antes de llegar al final del túnel hay todo un mundo de oportunidades y descubrimientos. Como banda hemos aprendido que el camino lo escribimos nosotros y que si estamos en esta película es porque nos gusta estar juntos, hacer canciones juntos, grabarlas y tocarlas, nada más. Que no es poco.