Afortunado y currante. Este sibarita del sonido lleva más de 10 años grabando a bandas como Perro, The Crime, The Saurs, Futuro Terror, Mott, Pájara Rey, M76, Espiricom, Salva Alambre, Kurnikova... así hasta más de 60 grupos. Me cuenta que su labor como productor consiste en conseguir que cada banda que entre al estudio sea capaz de encontrar su sonido para los temas que trae consigo en ese momento, y para ello crear un ambiente óptimo en su lugar de grabación El Miradoor, ubicado en las primeras estribaciones de la Sierra de la Muela, en Alhabama, Alhama de Murcia. Un proyecto muy especial que surgió por instinto y se mantiene a base de trabajo y tesón. Para poder comprobarlo vamos a pedirle que nos abra sus puertas y nos lo cuente él mismo en esta entrevista realizada antes de la pandemia y concluida ahora.
Retomando la entrevista anterior, ya que esta es la segunda vez que la hacemos debido a problemas técnicos con el mundo digital y tal, la otra vez comencé preguntándote si te gustaría hablar de algo en particular, algo que quisieras decir porque consideres que es importante, a parte de otros temas en los que entremos, algo que tú digas – “esto lo quiero decir desde el inicio” –.
No, luego si quieres lo hablamos. Pero lo que más me preocupa son los aspectos sobre creatividad, el ego artístico, la inquietud… y el concepto, algo que considero que últimamente está un poco perdido. Estamos rodeados de técnica y de una tecnología que nos facilita poder hacer mil cosas, pero realmente la idea que hay detrás o que lo sustenta todo no es tan sólida. Hay más ideas quizás, pero no hay tanto concepto… o tanto cariño a la hora de hacer las cosas.
Sí, antes, mientras tomábamos una caña, hemos hablado de la creatividad como un concepto clave en este momento y me has dicho algo sobre que ibas a preparar un taller sobre este tema que consideras primordial.
Estaba preparando un curso sobre Home Studio, que básicamente iba a consistir en ser capaz de grabar en tu casa tus propias maquetas, tu propio material de la forma más eficiente posible, con el menor equipo posible, en un formato un poco do it yourself. Pero a la hora de preparar el curso, y plantearme las carencias que pueda haber en un estudio casero, me he dado cuenta de que en muchos casos puede ser que la gente necesite más que se incida en esa parte creativa, la de la concepción de las ideas, la parte conceptual de la música, que se ha perdido y que sin embargo considero que es fundamental… Digamos que el camino de la creatividad es el camino de encontrar la personalidad interior, el camino de uno mismo, y de intentar transmitir eso a la gente. Y bueno, que sobre todo hay que decirle a los que están empezando que no todo surge desde una idea original simplemente, si no que es un proceso, hay que ir paso a paso, y lo que no puede ser es que digamos que las influencias lo sean todo. Tiene que haber un origen, una necesidad…
Supongo que con el tema del `concepto´ te refieres a la intención que motiva a una banda a componer canciones y dar conciertos, y no al hecho de producir un disco conceptual. Una idea propia, un estilo, una pulsión inicial…
Totalmente. Eso es el motor. Hoy en día en Murcia hay bandas de todos los géneros, algunas de ellas con mucha calidad, y veo otras que de verdad me sorprenden con esa creatividad y su “concepto” pero no suelen ser los que más brillan ni de las que más hay. Lo que más abunda son réplicas de lo que está funcionando. Eso no es algo que yo apoye… quiero decir, yo lo voy a grabar, voy a cuidarte y lo que voy a hacer realmente es intentar darle un sonido para que te diferencies y darle tu personalidad. O si ya lo tienes, afinarlo, sacarle el máximo partido, porque ese es mi objetivo… pero no para que seas y suenes a lo mismo. Tal como yo lo veo, esa es mi función.
Por otra parte, cuando uno se decide a ser músico no es para que lo recuerden por ser una banda tributo, y en ese sentido veo también un camino de bandas que empiezan obnubiladas por otros aspectos, y creo que se descuida el objetivo, que es expresar. Creo que mi función fundamental es conseguir que las canciones le gusten a la banda. Eso ya es algo brutal, que salgas del estudio contento, que pienses – ¡Joder! Lo hemos hecho bien. Todo lo que hemos trabajado en el local y en el estudio se ve reflejado en el disco –. Esos son mis objetivos guays, conseguir que a la banda le guste su propio disco es un objetivo principal. Sobre la parte comercial, que es algo que me preguntan mucho, no tengo ni puta idea, me resulta muy complicado… y vamos que no me interesa.
Me hablas ahora de tu función como productor ¿Cómo se produjo tu salto a este mundo?
Sí. En un momento dado me concentré en que mi carrera como músico no iba a ningún lado, probablemente por mi forma de ver las cosas y las elecciones que puedo haber tomado, pero había encontrado otro camino en la producción que me estabilizaba y me mantenía en la música. Es cierto que es mi manera de verlo, pero en ese sentido yo aconsejo sobre los aspectos que tienen que ver con este mundo: la producción, la mezcla, la masterización…
Siguiendo con ese hilo ¿cómo concibes tú la función del productor? ¿Crees que un productor debe tener su impronta o su sello o por el contrario debe pasar más inadvertido intentando acoplarse a la banda?
Es inevitable que cada estudio tenga su sonido y todo eso, pero bajo mi punto de vista o en lo que a mí respecta creo que un productor es un conductor que debe intermediar entre el punto en el que llega la banda y los temas que han preparado (que es lo importante, lo que va a salir en el disco) y cuya función también es traducir todo eso ayudándola a conseguir su sonido. Ese es mi objetivo.
Lo que pasa es que de ahí a conseguirlo… traducir eso es complejo… el universo de cada persona y la imagen que tiene o proyecta de cómo es como artista es diferente. Cuando se plasma, en una foto, en una locución de radio, en un podcast o un videoclip… en el formato que sea, se está exponiendo, pero ya tiene un juicio sobre ello. Es difícil que coincida lo que se piensa que va a pasar y lo que luego pasa. Ahí se juega mucho con lo emocional ¡y claro, la música es emocional!… Un poquito más de reverb o un poquito más de agudos le afectan de manera diferente a cada uno. Hay que intentar buscar dónde encajar lo que quiere representar esa persona en ese disco. Es algo complicado, emocional y psicológico.
Yo intento trabajar ese aspecto con la banda, conseguir realizar lo que ellos quieren. Si la banda está perdida y necesita apoyo creativo yo aporto lo que vea, pero si va lanzada, yo prefiero que fluya así y que sean ellos quienes me enseñen. Muchas veces las bandas traen las cosas solucionadas sin saberlo y sólo lanzo algunas pistas de lo que veo cuando están atrancados. Son cosas que a mí me gusta pulir, pero en general prefiero que sean las bandas las que me enseñen y yo diga – “¡qué guitarras más guapas!” – Esa es la condición ideal de una grabación, cuando músico y productor se encuentran y todo fluye y funciona, pero es difícil. Hay bandas que llegan muy bien y otras hechas un desastre, otras llegan echas un desastre y sacan un disco cojonudo, otras llegan bien y sacan un disco normal. Es todo un cúmulo de cosas, la calidad de las canciones, el estado de ánimo… todo repercute.
¿Cuáles serían tus productores de referencia tanto como oyente de música como a la hora de trabajar? ¿Tienes secretos a lo Phil Spector o Joe Meek?
MV: Claro, sí que tengo mis referencias y todo eso, es normal. En este sector es como un poco mítico qué micro se utilizó en esa o esta grabación, qué ampli, qué guitarra, qué previos… es como un mundo misterioso. Siempre te encuentras sorpresas sobre algo que pasó o pudo pasar, y hay tantos discos buenos que las historias son innumerables. Dicen que, en los Ramones, Joey Ramone no podía soportar al guitarrista y en el estudio no se podían ni ver. Digo esto porque en ocasiones las técnicas de grabación trascienden hacia la parte psicológica, como te decía antes, de tener en el estudio a gente que no se soporta y tienen que tocar en el mismo disco.
Y ahí en medio está el productor…
(Ríe) Así es. Y de productores… pues sí claro, hay mucha gente que admirar. Al principio me gustaba mucho Glen Jones en su etapa con los Beatles, inventó muchas técnicas. Phil Spector la etapa primera de Londres, los estudios de la BBC, de Abbey Road… mogollón de estudios que grabaron discos épicos de Cream, Pink Floyd, The Beatles… Yo creo que se trata de la época dorada del vinilo y la grabación, y en los 60´ en muchos casos para mí la producción y los que estaban detrás eran los grandes. Los equipos que se tenían en aquel momento no eran tan precisos como los de hoy en día, pero, sin embargo, se obtenían grabaciones muy cálidas, con mucho encanto y muy musicales. En la actualidad son más mecanizadas que entonces cuando era algo más orgánico, y creo que ahí tenemos que aprender mucho de esa parte de calor y sentimiento de aquella época -habla Marco fluida y pausadamente a la vez, buscando y encontrando numerosas referencias- …toda la parte de Motown en cuanto al sonido… -divaga- …Yo creo que eran genios, genios con una técnica brutal con las condiciones que tenían. Pero estaban haciendo una inmensa labor por grabar discos monumentales y creo que muchos de ellos eran conscientes de que estaban haciendo cosas muy importantes. Todo se revolucionó desde de entonces. A partir de los 60´ todo el mundo quería tener una banda, y eso en gran parte se debe a los productores que nos hicieron vibrar con todos esos discos. Es impresionante, son miles, puedes empezar y no parar con toda esa época; aunque no sea el disco completo, encuentras cada temazo y cada producción…
¿Y cuál crees que es el estado de la música en la actualidad?
Aquella época consiguió que la música fuera revolucionaria. Gracias a ella los 70 fueron también una revolución, los 80 siguieron siendo otra, los 90 otra y así hasta hoy, cuando creo que todavía la música sigue siendo revolucionaria… No sé cuál es su estado de salud, lo que yo no puedo negar es que sigo descubriendo cosas que me gustan, me cuesta más encontrarlas, pero siguen apareciendo autores jóvenes que me gustan bastante.
Si lo piensas, es muy interesante reflexionar sobre la relación música-espacio-tiempo. Es muy fuerte… Desde que se está grabando, unos cien años aproximadamente, ha habido un proceso de evolución muy rápido. La obra de los grandes compositores se ha preservado porque se han convertido en clásicos y requerías de un volumen de trabajo y de admiración increíble para que algo se pudiera plasmar. Hoy en día con un móvil lo puedes plasmar y puedes tener un éxito. Lo que ha pasado en tan poco tiempo (relativamente), ese viaje temporal es brutal… igual que con todo, la verdad, pero en lo que se refiere a la música pasa eso, que hoy en día plasmar es mucho más accesible y fácil.
Lo que es difícil para mí y siempre voy buscando, es esa personalidad, ese punto, ese algo más que no va implícito en lo bueno que seas, sino en el cariño y la forma en la que has pensado tu arte… Hay gente que ni si quiera lo piensa, pero le sale así, como algo innato. A mí es algo que me gusta observar y que cuando estoy trabajando con un músico, si lo veo, le tengo que trasladar. Yo no hablo mucho en las grabaciones, puedo ser el tío más callado del mundo, pero si algo funciona que te cagas, paro y se lo tengo que decir – Mira lo que ha pasado aquí, tira por este rollo –, y agradezco que me hagan caso porque es lo que creo, es mi opinión basada en intuición y experiencia, pero no para que se haga lo que yo diga, sino porque lo pienso realmente. Intento potenciar sensaciones, transmitir mi experiencia y ayudar a alguien a que se dé cuenta de que a lo mejor es eso lo que quería y no lo sabía. Eso es lo difícil…
Volviendo a lo que comentabas al principio, dices que `el concepto´ es algo que se está perdiendo o se ha perdido, y sin embargo creo que eso es algo que se aprecia en muchas de las bandas con las que has trabajado y que comenzaron contigo: una personalidad definida en sus letras y su música, en algunos casos con un punto muy lúdico, con mucha frescura… hablo de bandas como Perro, en su momento, o Pájara Rey en la actualidad.
En esas bandas que comentas se trata de estilos que tienen más la gracia en esa frescura nihilista o una cierta inexperiencia, no sólo en lo musical, sino en esa parte lúdica, que tú mencionas, de que se lo están pasando bien y te lo transmitan; entonces hacer algo serio en esas cosas afecta a la producción en la que creo que debe predominar la frescura. Y eso, digamos que es una de las herramientas que se pueden utilizar. A veces afronto proyectos más serios, en otras ocasiones otros más divertidos y creo que ese es el punto de darle a cada cosa su forma y su rollo. Ahí es donde hablaba de la personalidad, de la conceptualización de lo que estás haciendo y de la que muchas veces no se tiene consciencia.
Según eso que comentas y ya que los he mencionado ¿Cuál sería el concepto que está detrás de una banda como Perro en los discos o grabaciones en los que has estado implicado como productor? (Alhabama, Singles brasileñas y Tiene bacalao tiene melodía, del primero al tercero).
A mí lo que me transmitían era que eran unos chavales extrovertidos con muchas ganas de pasárselo bien… Sobre todo me hacían regresar a esa sensación que yo tenía cuando estaba empezando y tenía unos 15 años – (le interrumpo para preguntarle qué edad tendrían ellos por aquel entonces, inicio de los dos mil dieciséis) – pues creo que en aquella época tendrían unos 21-22, el mayor tendría 23 años… vamos, ¡que estaban a tope de energía! Yo creo que en Murcia hubo un voto unánime hacia ellos, y llegaron a mucha gente que les apoyó desde el inicio porque representaban muchísimas cosas buenas, tanto del underground como de aspectos que ya eran más accesibles y más mainstream o comerciales; pero sin embargo enganchaban a todo el mundo, y a mí eso es algo de lo que más me atrajo, esa cercanía que tenían ellos… porque las canciones a mí me llegaron desde el primer momento, y a la gente igual, ¡es que era algo que era así! Osea, siendo para mí también mis primeros años de producción y la primera ocasión que producía para una banda sin que se tratara de mis cosas, mi única intención era transmitir lo mismo que ellos transmitían en directo, algo fresco, algo divertido… Pero es que, al margen de esto, las letras tienen también ese `algo´, se quedan y además son familiares.
Sí, respecto a las letras, digamos que tienen un punto superficial o absurdo, no del todo accesible, aparentemente frívolo y sin embargo yo diría que son poesía. Para mí las de algunas de sus canciones lo son sin duda…
Me hace gracia que digas eso porque en alguna ocasión durante el proceso de grabación, cuando han estado atascados, he llegado a participar también en ese aspecto, incorporando una frase de alguna letra o con algún título; he tenido la suerte de estar en el momento y poder colar alguna mía… Pero vamos, siempre a propósito de lo que estaban haciendo en ese momento y con espíritu afín. Echamos muchas horas de estudio juntos durante dos años y había mucho feeling y entendimiento entre nosotros, y como te digo, son cosas de estudio, cosas que pasan durante la grabación, cosas tremendas, cosas que queríamos dejar plasmadas en los discos: guiños y gracias nuestras, voces con sintetizador lanzando mensajes ocultos, voces invertidas… todo eso está dentro, aunque no se escuche. Lo sabemos nosotros…
¡Qué maravilla! ¡Qué me dices!… ¡como en los clásicos del Metal! Corrígeme si me equivoco, pero de alguna manera, creo que ellos abrieron un “melón sónico”, no sólo a nivel local en la escena murciana, sino incluso nacional. Han tocado por todos los festivales más importantes de España prácticamente, han dejado una impronta especial en un momento determinado… a lo mejor piensas que exagero, pero bueno I´m a fan.
Para algunos grupos sí, es cierto. Hay varios claros ejemplos, como Calavento con una influencia tremenda de Perro. La Plata, un grupo de Valencia que también está sonando bastante, o sin ir más lejos Carolina Durante una de las bandas de pop-rock que más ha estado pegando recientemente en España… y bueno, los últimos que se han quedado han sido Perro. Normalmente esto suele pasar con los grupos que abren un camino y precisamente los que lo inician no suelen ser los beneficiarios del esfuerzo invertido. Abrir el camino es más gratificante y satisfactorio a nivel anímico, artístico o creativo, pero no funcionalmente. Abrir camino es eso, iniciar algo a lo que no se atreve otra gente, demostrar que puede haber grupos así. Es entonces cuando llegan las compañías y remplazan al original para situar algo que sea un poco más abierto y accesible al público general para poder vender. Pero vamos, que esto no es nada nuevo, así funciona la industria musical.
¿Valdría como ejemplo de conceptualización, en su sentido más amplio, lo que bajo mi punto de vista se aprecia en un grupo como Pájara Rey y lo que ellas denominan como su jiji-punk?
Pájara Rey es una de las bandas que ha cogido la estela de Perro y están en el mismo punto que cuando ellos sacaron el Singles brasileñas o el Tiene bacalao tiene melodía. Son una banda que va a explotar… su propuesta es fresca, diferente y apuestan por algo. Me gustan esas bandas que son una piña de amigos, una familia (aunque diría que algunos de mis proyectos musicales no han funcionado precisamente por eso, porque los he hecho con colegas), pero el aspecto de fraguar eso y que funcione es lo difícil de un grupo. Muchas bandas lo tienen… Pero vamos, yo no sé exactamente lo que pasa en los grupos más allá de esos días que estoy con ellos en el estudio. Me lo paso genial, intento crear unas sesiones distendidas en las que todos los miembros participen, que todo el mundo disfrute… creo que eso se traslada al sonido. Para mí hay una parte psicológico-músical que se plasma en las ondas y crear un buen ambiente considero que lo mejora. Es una teoría obviamente no científica y que no me termino de creer ni yo, pero que me hace pensar que, a la hora de grabar, cuando tú estás captando ondas, si estás tenso a la hora de tocar esas ondas estarán más tensas.
El Miradoor es un estudio de grabación situado en las primeras colinas de la Sierra de la Muela, prima de Sierra Espuña, que surgen desde uno de los límites urbanos del lugar. Ubicado en una finca de naranjos y limoneros conforme subes a la montaña, sus vistas dominan todo el Valle del Guadalentín. Me imagino a cualquiera de las decenas de bandas que han pasado por aquí, saliendo a por aire frente a este paisaje tras salir de `la cueva´ donde propiamente se encuentra el estudio, un antiguo garaje empotrado en la ladera reformado junto a la casa familiar. Éste se divide en dos espacios eficaz y suntuosamente acondicionados y equipados. Uno pensado para la escucha y otro para grabar.
Numerosos pedales, amplis, sintes, micros y altavoces asoman ordenados en lejas y estanterías. Incontables vinilos y cedeses forran otras baldas. Una cálida luz de varias lamparitas y flexos penumbrea el espacio por cuyas ventanas elevadas aun entra algo de luz cuando llegamos para las fotos y la entrevista.
En septiembre del 2020, El Miradoor cumplió 9 años.
Nos comentaste antes el momento de tu decisión de saltar a la cabina de mandos y la producción, pero ¿Cuál fue el proceso del surgimiento de El Miradoor como estudio de grabación?
Desde los 15 años he grabado mis cosas por mi cuenta en mi cuarto. Luego me trasladé a una oficina vacía que había debajo de casa de mi madre que había sido de un abogado, y ahí instalé el primer ordenador que me compré con mis ahorros, un Pentium 75 con una tarjeta SoundBlaster que unos amigos me habían enseñado a utilizar para grabar. Antes tuve un `486´ pero era de mi cuñado y se lo fundí. (ríe) La verdad es que fundí un par de ordenadores y ya entonces me compré el mío por eso… por eso y por las amenazas de mi cuñado y mi hermano al que le fundí el otro… -RISAS DE NUEVO-. Me instalé en ese local al que llamé Cuchitril 1, lanzando un cable por la ventana de casa de mi madre para conectarme a internet a 56k. Total, que ahí monté mi pequeño primer laboratorio que en realidad era para hacer mis cosas, sobre todo samples que es con lo que comencé, cogiendo cedés y buscando trozos donde samplear. Luego ya en 2003 grabé mi primera maqueta, disco o lo que fuera, eso fue con Cherry & the Clouds… bueno, 2002-2003. Fue mi primera grabación de un grupo. Era mi propio grupo, pero fue la primera como tal en la que me puse a los mandos de un proyecto de grabación, fueron unos 8-10 temas.
Luego pasé a Cuchitril 2, que estaba en la calle de atrás y que también era una oficina, aunque ahí ya vivía y todo. Monté una especie de laboratorio donde básicamente tenía un micro y poco más, nada profesional, no era ni un proyecto ni nada. Pasaron mogollón de años en los que hacía grabaciones con un colega que tenía un estudio en Alhama, aprendiendo cosas, pero en un principio no tenía la intención de grabar a ninguna banda ni nada de eso. Después terminé otra maqueta con otro grupo que tenía que se llamaba 300 días de sol, un EP que estaba funcionando bastante bien; tocamos con Perro compartiendo escenario y fue la ostia, nos caímos muy bien. Les había gustado mucho como sonaba el EP y les dije que lo había grabado yo, planteándoles la posibilidad de que vinieran a grabar a la cochera que acababa de reformar en una casa familiar en el campo (con unos ahorros y unos cuantos amigos nos habíamos puesto manos a la obra, literalmente). Esto sería ya por 2010-11. En seguida comenzamos a grabar y ese fue el comienzo del estudio, lo inauguré grabando a Perro.
La necesidad de montar el estudio venía también de que hacía música para anuncios, jingles y tal… era parte de mi trabajo y no tenía un sitio en condiciones, así que decidí acondicionar un espacio donde poder grabar esos jingles y maquetas… Como suele pasar cuando urdes un plan, no salió bien y como era para hacer jingles acabé grabando a bandas. Lo de Perro se extendió y empezó a llamarme más gente a la que le había gustado el EP y en esos 3 primeros años grabaría a unas 20 bandas. Después tuve que tomar una decisión sobre si pasado ese tiempo quería dedicarme a esto, montar un estudio profesional y grabar discos; siendo así, decidí hacer una inversión más seria para profesionalizarme definitivamente, reacondicionando la primera zona y empezando a construir la parte final del estudio, un nuevo módulo que es donde estuvimos charlando la primera vez… Y bueno, desde entonces hasta estos días… no llevo la cuenta exacta, pero habrán sido en total entre unas 60 y 70 bandas.
En la otra entrevista me auto-respondía comentándote que El Miradoor como proyecto estaba siendo un éxito, que casi todo lo que tocabas se convertía en oro (dentro del rollo underground), los mencionados reiteradamente Perro, The Crime que llegaron a sacar 2 discos contigo y tuvieron su cénit en aquel BUM de 2012 en el que tocaron en la plaza de Toros con Wilco… los desaparecidos The Saurs, Futuro Terror, M76, Salva Alambre, Pájara Rey o los jovencísimos Kurnikova recientes ganadores del Crearte de Molina, y tú me respondías algo así como que habías cumplido un sueño que era seguir trabajando en esto unos 10 años después.
He tenido mucha suerte porque he trabajado con muchas bandas a las que he podido disfrutar grabando, con géneros que me gustan, gente de puta madre, con ideas muy chulas que me hacen crecer a mí. Y creo que muchas bandas salen también crecidas de haber tenido una experiencia guay de estudio conmigo. Es lo que intento siempre transmitir, que es su disco, que tienen que estar a gusto y hacer lo que sea mejor para las canciones, y en ese aspecto he tenido suerte con muchas bandas… aunque con otras no tanto.
Pero vamos, que yo no tengo un botón para que algo funcione o para que se convierta en oro, como tú dices, ¡ojalá todas lo hicieran! Porque ¡joder, para mí muchas bandas que pasan por el estudio deberían estar ahí! Me siento impotente por algunas de las que me gustan mucho las grabaciones y no llegan a la mitad que otras en el mismo género o ámbito. Por eso digo que yo no tengo el botón para que algo funcione.
Mi intención es que una banda salga afianzada del estudio y con un proyecto digno de poner sobre la mesa. El problema es que mantener una banda a largo plazo es algo muy complicado. Yo luego me alegraré por las que vayan adelante y me dará rabia por las que no, pero procuro no vincularme excesivamente. Mi parte del trabajo acaba cuando enviamos el disco a fábrica o a masterizar. En general escucho buenas críticas de las grabaciones, pero siempre puede haber alguien que opine que donde tú has puesto un sonido él o ella hubiera colocado otro.
Es jodido a veces, hasta me da palo escuchar grabaciones antiguas o de discos anteriores… y a veces la gente viene a buscarme precisamente por uno de esos discos, y claro, yo no puedo repetir lo mismo que sucedió con esa banda en aquel momento. Son muchos factores y todo es muy relativo… Me enfoco más en lo que puedo hacer en el futuro que en lo que ya he hecho. Es todo un proceso. Esto no se trata de hacer un disco. He invertido mucho en esta carrera y quiero mantenerlo todos los años que pueda. No quiero que se me recuerde por un buen disco, lo que quiero es seguir trabajando… Y sí, mi mayor éxito sería seguir viviendo de esto y conseguir mantenerlo hasta que aguante.
Y bueno, he optado por este camino. No he trabajado con grandes bandas a nivel nacional, pero sigo trabajando.
También están llegando al estudio algunas bandas europeas ¿no?
Sí, me llegan algunas bandas extranjeras, siempre estoy abierto a esas cosas, claro. Hace poco estuvo una de Holanda que hace trap llamada Cicko. Ahora vuelve otra inglesa, Milk & biscuits, de Brighton que repite en su próximo disco y viene a acabarlo aquí al estudio… poco a poco se está abriendo más esa opción internacional que por supuesto me interesa, pero la realidad es que mi público objetivo son bandas emergentes. Son las que más vienen y con las que estoy muy a gusto funcionando.
Según tu experiencia ¿cuál es la situación actual? ¿crees se puede vivir de la música en Murcia?
¡Ojalá! Ese es un poco mi camino… Lo que puedo hablar por mí y de mi forma de mantenerme vinculado a la música, que ha sido a su vez vincularme al estudio para poder continuar esa relación, es que es posible, o sea que por un lado la respuesta es que sí. Pero por otro, con tu propia banda y todo eso… es difícil, sobre todo aquí en Murcia. Aunque no es algo que ocurra específicamente sólo aquí, para un enfoque más profesional hay que “centralizarse”, irse a Madrid, buscar agencias y eso, llevar un rollo más pro… y sí, se puede hacer. Ahora, grupos que lo lleven a la práctica de ese modo, conozco a pocos. La mayoría de la gente que conozco se vincula al mundo de la música de una forma parecida a la que he escogido yo: tienen un proyecto musical y a la vez trabajan como técnicos, ingenieros, mezcladores, masterizadores… y así, relacionando estos dos mundos sí se puede trabajar y vivir de la música en Murcia, claro que sí. Lo que ocurre es que, para dedicarte en exclusividad, como en cualquier forma de arte, intervienen muchos factores: suerte, producción, buenas canciones… etc.
Casualidades y coincidencias, contactos, estar en el momento idóneo…
Sí, son millares de factores, la calidad artística, el gusto dominante en ese momento, tener los canales adecuados… entonces sí que es verdad que estar en una ciudad como Madrid o Barcelona te puede ayudar en ese sentido a tener un full job de banda. Pero bueno, aquí en Murcia tenemos ejemplos de gente que lo está logrando. No quiero desanimar a nadie, aunque lo que es evidente es la precariedad en la que se mueven la mayoría de las bandas. La profesionalización de este sector en España, pese a las alturas en las que nos encontramos, debe progresar mucho aún.
Para mí la comparación con lo que sucede en el ámbito musical en los países anglos es horrorosa… Aquí es un lujo casi inalcanzable no tener que preocuparse de muchas cosas que atenazan a prácticamente cualquier grupo “independiente” nacional. Salvo excepciones mainstream o megatop no pueden centrarse exclusivamente en los aspectos creativos de su música. Lo normal es compatibilizar el oficio creativo con otros trabajos más o menos relacionados con el mundo artístico y eso vale que en ocasiones fustiga la creatividad, pero las más de las veces termina por aniquilarla…
En España todo el mundo comienza como un grupo maquetero, tienes que seguir avanzando y nunca sabes a dónde va a llegar. Yo en las grabaciones siempre digo que hay que pensar en lo que quieren hacer en el disco más que en a dónde va a llegar. Puede ser que llegue o no, pero tú como autor habrás hecho todo lo que podías. Lo primero es quedarse uno contento. A partir de ahí ya todo lo que salga es bueno, si alguien te dice -tú disco está muy bien, lo quiero editar- bienvenido sea, pero que no te quede la sensación de que tu disco no te gusta a ti. No lo hagas por la convicción de que le va a gustar a los demás. Así no tendríamos buenos discos… tendríamos discos que le gustarían a todo el mundo… de villancicos y Navidad.
Es que estoy cansado de bandas de foto que quedan de puta madre y luego el disco es una mierda. Prefiero que me vendas menos imagen y me vendas más canciones, pero ahora mismo lo que manda es la imagen, es lo primero que te entra. Lleva muchos años siendo así, porque el mundo de la imagen y la música siempre ha estado totalmente relacionado, pero creo que en la actualidad es demasiado. Porque sí que es verdad que antes representabas tu imagen con la música que hacías, eso es lo que me gustaba, porque veías un tío con la camiseta de los Maiden o Ramones y sabías que escuchaba a los Maiden o a los Ramones. Ahora veo a alguien con una camiseta heavy y no sé lo que es.
Hoy en día hay que tener mucho cuidado porque nos venden a ese grupo que estás esperando sólo con la vista, y te gusta porque lo ves, porque lleva la ropa que te gusta y tal… y ese es el problema que tengo con la personalidad hoy día, reina un todo vale que para mí poco tiene que ver con la creatividad y la experimentación.
Sobre todo, me refiero a los productos musicales que tenemos en España a nivel mainstream. Nos reíamos de OT en el 2000 y sigue estando ahí a la orden del día… de hecho creo que hay un zagal murciano que va -(iba por la fecha en la que se realizó la entrevista)- a Eurovisión, pero que ha salido de eso, de un programa de televisión. Esos gustos marcan demasiado porque llegan a mucha gente.
A lo mejor si nos machacaran con Jimi Hendrix o Leonard Cohen otro gallo nos cantaría…
Sí, bueno no sé, el problema es que esos artistas que mencionas son menos “masticables”.
Menos “masticables” sí, pero si nos “macharan” con ellos o con Stravinsky como hacen con otras propuestas como la que has señalado, si hubiera programas con música en directo en televisión, si se educara, se escuchara, se enseñara a ser paciente en esta época de la inmediatez… entonces serían más “masticables”.
Siguen siendo menos masticables. Son menos masticables en el sentido de que el control de los gustos de la gente es más básico, y si quieres llegar a la masa tienes que simplificar las cosas para que a la gente le guste.
Yo creo que no. Bueno, digamos que “sí y no a la vez”…
Por ejemplo, si analizamos la situación del Jazz hoy en día, vemos que siendo una de las músicas más minoritarias, en la actualidad probablemente sea el momento en el que más músicos de Jazz hay en la historia. Hay músicos de Jazz por todos lados, y sin embargo el Jazz le importa una mierda a todo el mundo… Le hablas a un chaval de Jazz y no sabe lo que es. Cuando era pequeño se la consideraba como a la música de las músicas y había un gran respeto. Hoy en día en los festivales de Jazz va gente que hace Trap y cosas así, te lo juro.
Centrándonos en tu faceta como músico la lista de bandas en las que has estado es amplia: Malatesta´s, Cherry & the Clouds, 300 Días de Sol, Siberian Girls, Mott, y Sticky Lovers en la actualidad. Muchas bandas, muchos proyectos…
Sí. Además, tengo una movida paralela con mi pareja llamado Mac the Pau.Aunque aún no hemos sacado nada.
(Nota del redactor: en vez de pedirle que me lo escriba, nos tiramos 30 segundos delirantes de grabación para que Marco me indique el nombre que aún ahora no sé si he escrito bien – Le pasaré el texto para que lo revise. Revisado, es correcto –. Marco accede a que escuchemos un tema en el que él pone la voz y que me parece un auténtico temarral, aún sin terminar, me dice, suena oscuro, hipnótico, sensual… Me gusta, quiero más).
Muchas bandas en cualquier caso…
Sí.
Además tienes formación como diseñador y has realizado portadas y carteles para algunas bandas…
Fue una época en la que sobre todo hacíamos muchos conciertos por Alhama y durante unos 10 años fue mi “caldo de cultivo” donde me dejaban meter un poquito mi forma de ilustrar y maquetar… y nada, lo recuerdo con mucho cariño. Lo dejé aparcado por el estudio, aunque siempre está ahí, porque me estaba dedicando a los dos trabajos a la vez y no tenía vida. Hice una valoración de “crisis de los 40” a los 29, y a parte de perder mucho pelo, pues también decidí que lo que quería era trabajar en el estudio. Era mi casa, algo que me motivaba mucho, y algo que ni siquiera me planteaba, que lo tienes como un hobby, pero de repente aparece como algo que puede ser tu forma de vivir. Lo acepté y estoy luchando para que siga… y trabajando… con quien se presente.
Voz, guitarra, batería… en una entrevista leí que era una camiseta que tenías ¿De alguna forma esto define o resume tus querencias musicales y bandas predilectas?
Sí, sobre todo porque en mis inicios y en los primeros grupos que de verdad me gustaron, era el concepto que se llevaba en esa época. En mi casa siempre ha habido música, y empecé muy duro cuando ya elegía mis cintas, vinilos, cds y todo eso. Veníamos de la New Wave de los ochenta y en los 90 hubo un revival más cañero, más sesentero, volvía otra vez el sonido de la guitarra… Veníamos de los synthes, del nuevo futuro este irreal, y volvía un poco el sonido de Black Sabbath, Jimi Hendrix, de los Led Zeppelin, la fiebre del Grunge y todas esas cosas… y yo estaba ahí como un pequeñajo, comiéndome la pantalla y grabando vídeos cada vez que salía un grupo cañero. Fui de más radical a menos, porque el primer grupo que más me gustaba era Pantera. Osea, para mi Pantera era la hostia. Tenía un vinilo que me regaló mi hermano… Far beyond driven, era bastante mítico porque fue el primer concepto de New Metal que luego vino y ya a principios de los 90 lo hacía Pantera. Luego otro grupo que me gustaba mucho era Helmet… eran grupos muy tralleros. Y ya después me fui refinando con el paso de los años, sobre todo porque apareció el acústico de Nirvana y cosas de muchas influencias noventeras más abiertas: Beck, Dinosaur Jr., Sonic Youth, yo que sé… pero al principio buscaba esa señal de Pantera, si no pensaba que no sonaba guay. Es que me movía, me hacía saltar… pero era muy joven. En la portada aparecía un tornillo que atravesaba una cabeza o un culo, no me acuerdo bien… Tal vez no le puedes regalar ese disco a un chaval de 12 años.
Y la música clásica… ¿Escuchas música clásica?
Sí, en el coche al volver de un after o un concierto… Me encanta escuchar música clásica en el coche a gran volumen al volver de un concierto.
[1] Nota del redactor: Los Sonic Sundays, fueron una serie de conciertos programados y organizados por Marco Velasco junto a El Quirófano: operaciones artísticas. Tuvieron lugar entre 2010 y 2012 entre marzo a junio si no recuerdo mal. En ellos se planteó la colaboración de una serie de artistas plástico-visuales y los grupos que tocaban. Parejas de pintores fueron invitadas a participar: Lola Nieto, Pedro Guirao, Ana Martínez, Alfonso Escudero… Detrás de las bandas en el escenario se colocaba un plástico traslúcido de 3 x 4 m aproximadamente, y tras él a su vez los artistas que se intuían como sombras móviles interviniendo en vivo sobre la superficie, cada dúo a su modo. Yo participé pintando junto a Zambudio (mi socio pintor en Destroy Men) mientras sonaba la jovencísima, por aquel entonces, banda The Saurs. En otra jornada Pedro Guirao y Lola Nieto pintaron acompañando a Perro en un evento memorable con unas visuales analógico-digitales (pintura y proyecciones) acojonantes. Hubo más eventos coordinados por Marco a lo largo de unos cuantos años, pero este fue un auténtico lujazo de evento underground. El Quirófano Operaciones Artísticas fue un espacio cultural independiente transmutado en residencia para artistas y espacio de investigación creativa en la actualidad.
Fotos: Fran Bécares.